Hay veces que ganarse la lotería resulta
siendo un problema para quien a vista de todos es un afortunado de la vida, de
esas loterías que en ocasiones es mejor no ganarlas.
El actual presidente de
Colombia, es a vista de sus amigos y seguidores de Uribe, un tipo preparado y
con todas las cualidades para dirigir a un país como el nuestro. Polarizado y
en medio de una guerra de odios, gracias a la oposición tan mentirosa y rígida
que hizo el mismo Uribe en 8 años de Santos.
Esta semana que pasó, The Economist titulaba que el pobre ivancho debía separarse de la sombra de su mentor, de la sombra del Gran colombiano de history channel. Ivancho sin embargo, sigue hablando de unicornios y duendes.
Esta semana que pasó, The Economist titulaba que el pobre ivancho debía separarse de la sombra de su mentor, de la sombra del Gran colombiano de history channel. Ivancho sin embargo, sigue hablando de unicornios y duendes.
Sin embargo ese mismo joven al
que llaman un tipo joven y preparado, le falta lo más importante para gobernar
un país, el liderazgo. Una persona que nunca en su vida administró alguna casa
o finca, que su mayor cargo fue ser el jefe de la división de Cultura,
Creatividad y Solidaridad del BID, es decir el tipo chévere que organizaba
las fiestas y los cócteles de los jueves y viernes en Washington.
En esas actividades donde le
sobraba talento, así como lo sigue demostrando cuando coge una guitarra o hace
pinolitas con un balón, ni que decir que Iván es bueno cantando los vallenatos
de Silvestre. Fue ayudante de su mentor Álvaro Uribe en una universidad de los
Estados Unidos, ahí donde nació esa relación en la cual Uribe descubrió una
hoja de vida limpia, como pocas tienen en su partido, para llevarlo a la
presidencia.
Lo vendieron a Colombia como un
tipo joven de 42 años, que llegaría a reformar el estado fallido de Santos, ese
mismo estado fallido con políticas iguales a las de Uribe, esas políticas que
nos han gobernado por más de 200 años. Sin embargo no se puede ser un
reformista rodeado de la tia martuchis, uribe y de Ordoñez. Utilizando para subsistir la retorica de Venezuela y la directriz de Uribe de acabar con los acuerdos de paz, porque el temor es a la verdad.
Ivancho, el presidente que se
ganó el mérito de ir en la boleta de presidente de Uribe gracias a una bolsa de
platanitos, ese que llegó al máximo cargo luego de una campaña de mentiras, haciéndole
creer a muchos que seriamos Venezuela. Ese que supo capitalizar la resurrección
política de Uribe gracias al referendo en el que sacó al país a votar
emberracado, ese presidente que llegó porque Uribe dijo que era el ungido, sin
preparación y sin liderazgo.
Todo lo que está demostrando, es que el país no se gobierna a punta de pinolitas, que una cosa es armar cocteles
en el BID o llevarle platanitos al congreso a Uribe, que luego de 4 años en el
congreso su paso dejo 4 leyes de la república, y ese es el mérito que nos
quieren vender. Sin embargo para su infortunio, no es suficiente, a este país
hay que gobernarlo de verdad, no ser la cara de un partido retrogrado y de ultraderecha
como el mal llamado centro democrático. Hay veces en las que ganar es perder,
en este caso, Ivancho ha perdido su juventud, de un momento a otro se
envejeció, se volvió todo lo que Uribe quiso para él, así llego al cargo y es lógico
que así siga. Todo le quedó grande, la economía, la seguridad, la infraestructura,
el país. Y su desconexión con los problemas de Colombia es demasiado grande,
todo por hacer el papel del que Uribe dijo, es su papel, el papel del pobre
ivancho.