Se puede llegar a crearse un pequeño cielo si por debajo existen
lacayos que rinden pleitesía a quien así lo desea, mas con su sesgo ideológico
y religioso que prevalece por encima del bien común, acomodando la constitución
a su visión.
Enfermedad que acaba silenciosamente hoy día
en el mundo, la diabetes... Pero en la política, el exceso de la dulce corrupción
y burocracia puede hacer que se asocien quienes tienen rabo de paja y se las
dan de mártires de la honestidad en un país carente de memoria. En ese club que hoy andan y militan quienes se hartaron de tanto dulce y tanta mermelada untada.
Ocurre en todas partes, lo que no está
bien es que nos tomen por tontos a los colombianos, acusando al actual
presidente de dueño de la mermelada, quienes en sus gobiernos repartieron
dadivas burocráticas, notarias, chuzaron, le dieron en la cara a un
"Marica", asesinaron a jóvenes indefensos para mostrar resultados,
exiliaron a la conejita hurtado, desmovilizaron un falso bloque de las Farc,
invitaban a votar los proyecticos mientras no estuvierna presos y tenian a
Babas pretelt y a Diego Palacios, investigados por darle dadivas a Yidis y a
Teodolindo para comprar la reelección, cambiando ese articulito que contamino
mucho más un país corrupto y acostumbrado a la payola.
Ese club del que hablo, está presidido hoy
por Andresito y Álvaro, dos acérrimos enemigos en la época en que el caguan era
una pista de baile de quienes hoy disfrutan del sol en las playas de La Habana.
En esa época que el fenómeno comenzaba a nacer y crecer, mediante el discurso
ensoñador y demagogo de acabar militarmente lo que a todas luces se veía como
un gran fracaso por un presidente falto de carácter y quien solo al ver la
mayor atrocidad del asesinato de Turbay cotes decidió levantar las mesas del
caguan, en donde entrego el país a las Farc y estas repuntaron de lo lindo,
haciendo de estos años una época dorada para su organización y una época
nefasta para Colombia.
Luego vino quien prometió acabar con esa
guachafita que había impuesto su antecesor, esa misma que criticaba hasta mas
no poder con el fin de conseguir los votos de los incautos, de esas personas
que se abstraen de la realidad pero que sienten como propios los soldados
muertos y que no viven lo que se vive en el mote, una guerra absurda de más de
50 años, que para mí y para los que tenemos un poco de cerebro carece de
sentido.
Se desmovilizaron los paramilitares, llevo
a Mancuso al congreso y lo recibieron con aplausos, como si fuera un jefe de
estado, en realidad era un amigo más del gobierno y este de tonto o tal vez
para hacer sentir su poder soltó la frase ganadora, "El 30% del congreso
es amigo nuestro", de ese 30 % al que pertenecía la más grande mermelada, galletería,
pudin, pastel, llámenle como quieran, eran esas épocas en las que no se podía
asistir en los pueblos a votar por el candidato opositor, eran las épocas en la
que los certificados electorales llegaban a las casas, después de que se
marcaran con el eslogan de la mano firme y el corazón grande.
Esa mermelada la administra otro impulsor
de la ultraderecha en el país, el que usa los pantalones con amarras y habla
con la lengüita pegada, con carita de tonto pero con el cerebro de maldad
impregnada a quien piense diferente a como se dicta en un organismo que se cree
todopoderoso. Bonito club que pretende tomarse de nuevo el poder, haciendo
creer a los demás que las orejas del burro son más grandes que la de un
elefante.
Perlas:
- El tema del carbón en las playas de santa marta, es de eso que vivimos siempre, la platica que pasa sin importar las consecuencias, y ahora el daño ambiental es irreparable.
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