Lo que ocurre en
Barranquilla en las últimas semanas es el reflejo de la desidia de la
gobernación del Magdalena con el cuidado del medio ambiente. Las quemas que
realizan manos criminales en el parque isla salamanca están fuera de control,
en un país gobernado por un presidente llamado progresista, pero que no le
presta atención a un problema que no es nuevo, lleva muchos años, y en el cual
terminamos pagando los platos rotos los que vivimos en la capital del Atlántico.
Esta semana nuevamente la
ciudad amaneció durante varios días bajo el manto del humo que se da del otro
lado del rio Magdalena, un problema con jurisdicción del Magdalena pero que
afecta a la ciudad de Barranquilla para empezar. La calidad del aire que se
respira en la ciudad durante las quemas es peor que la monitoreada en el área
metropolitana del valle de aburra. En donde tienen más de 17 estaciones que constantemente
están monitoreando la calidad del aire, y en donde toman decisiones de fondo
cuando las estaciones de monitoreo marcan una calidad en rojo.
La Alcaldía de Barranquilla, a través de la Secretaría Distrital de Salud, la Oficina de Gestión del Riesgo y Barranquilla Verde, hace frente a la situación de quemas que se presenta desde el pasado domingo. Y en ese orden de ideas hace las recomendaciones para la protección, salud y bienestar de los barranquilleros que están afectados por el humo y las cenizas producidas por las quemas en esa zona del otro lado del rio. El humo producido por estos incendios emite partículas muy finas que entran muy fácil al sistema respiratorio causando problemas especialmente en los niños, mujeres embarazadas y población con patologías como alergias, asma, bronquitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) o enfermedades del corazón. Sumado al inicio de la temporada de lluvias, deriva en muchas enfermedades respiratorias que estamos viviendo en estos momentos.
Del otro lado del rio, a pesar
de tener un gobernador que se hace llamar progresistas y ambientalista no se ve
solución a la problemática. Siempre es más fácil mirar para otro lado, un
problema salido de las manos al gobierno departamental y nacional, un daño al
medio ambiente que tardara décadas en recuperarse, fauna y flora destruida por
manos criminales que buscan el negocio en tierra de nadie.
Finalmente, quien termina
pagando platos rotos a otro lado del rio son las personas que viven en
Barranquilla y se levantan con una mala calidad del aire. La directora nacional
del cuerpo de bomberos, insto a que los dos gobernadores se hablen y trabajen
de la mano “hay que evitar, o por lo menos controlar, el ingreso de
personas al parque porque estos incendios no son por la naturaleza o por el
fuerte sol, sino que viene por la mano del hombre”.
Instamos a que desde las autoridades
correspondientes velen más por el medio ambiente, por la calidad del aire y se
trabaje en evitar las quemas que se siguen produciendo cada vez que quieren los
bandidos que con sus manos criminales. Que exista un modelo de prevención y de
atención temprana a este problema que se ocasiona del otro lado del rio.
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