¡¡¡Exprópiese!!! Frase célebre de Hugo Chávez Frías
en Venezuela, un presidente que pateo el tablero y cambió el destino del país más
rico del vecindario, llenándolo de ruina y miseria para sus ciudadanos, pero de
mucho dinero para su círculo cercano. Ocurre siempre que aquellos que anhelaron
el poder lo lograron, cambiaron todo para su favor, cambiaron todo como lo
soñaron y de esa forma, Venezuela se convirtió en el país que generó la peor
crisis migratoria de la historia reciente en América.
La falta de autonomía del Banco Central, la hiperinflación, y políticas erradas del fallecido expresidente Hugo Chávez y el actual mandatario Nicolás Maduro resaltan en la lista de causas de la crisis del país suramericano. Todo ha sido consecuencia de la política expropiacioncita del régimen de caracas. En el año 2005, el Gobierno de Venezuela, comienza una serie de expropiaciones de empresas ya que se trata de activos esenciales para el desarrollo endógeno de las regiones. Las empresas expropiadas en estos primeros años eran empresas medianas con actividades que no necesariamente eran estratégicas para el Estado. Años más tarde se inicia una nueva etapa de nacionalización de sectores de la economía que el Estado consideraba como estratégicos, concretamente los sectores de telecomunicaciones, electricidad, cemento, acero, energía y servicios asociados a la industria petrolera.
En Colombia, el gobierno de Gustavo Petro ha iniciado una política de intervención de EPS, cajas de compensación, acueductos y droguerías o farmacias, en las cuales pretende por medio de la política de intervención que el gobierno asuma el control y funcionamiento de estas entidades. Petro, toma de lo privado para darle manejo con sus amigos del gobierno, complacer la cuota burocrática y apetitosa que puede generar manejar billones de pesos y a su vez implementar su fallida reforma a la salud que hace un par de semana fue enterrada en el congreso.
En 2006 el gobierno venezolano decidió que la estatal petrolera venezolana fuese poseedora de la mayoría accionaria de las empresas dedicadas a la explotación de hidrocarburos. Entonces, se promulgó el Decreto Ley de Migración a Empresas Mixtas de los Convenios de Asociación de la Faja Petrolífera del Orinoco en 2007, en el que se planteaba que en ausencia de un acuerdo el Estado asumiría el control de la actividad. Exxon interpuso una demanda y en octubre de 2014 el CIADI fallo a favor del Exxon obligando a Venezuela pagar 1600 millones de dólares, a su turno Venezuela pidió la revisión del fallo, pero finalmente en junio de 2015 el tribunal desestimo el pedido de revisión venezolano. El dinero que finalmente salió del pueblo venezolano, cosa que en su momento pasaba desapercibida y no parecía ser premonitoria a la desgracia del pueblo venezolano. En enero de 2007, Chávez anunció la intención de su gobierno de nacionalizar compañías de electricidad y telefonía, y tomar el control de varios proyectos petroleros que tenían inversiones extranjeras importantes.
La historia parece repetirse en lo que podríamos decir una expropiación blanda, palabras del gobierno Petro que habla de golpe blando. Las intervenciones que realiza el estado rara vez conducen a mejora en el servicio y terminan en quiebra de la entidad, toda una crisis que es propicia generar por Petro para en el caos poder lanzar su constituyente, todo un genio el presidente para el que las formas no importan sino el fondo. En Venezuela la frase fue expropiese, en Colombia se torna de moda intervengase. Y mientras los escuderos y fieles de Petro estén a su lado escuchándolo predicar lo que predica se sentirá el mesías prometido como gusta en la izquierda y de esos personajes peligrosos que cambian el rumbo del país para donde no podemos predecir, pero a donde no queremos llegar muchos.
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