viernes, agosto 11, 2023

Producto de exportación

En Colombia no nos sorprende que cada cuanto que se realice un atentado o asesinato a nivel internacional en el vecindario estén involucrados delincuentes colombianos, es algo que se ha vuelto normal y natural que los mejores trabajos en términos de bandidos y delincuentes lo ejecuten bandas organizadas de nuestro país y contratadas por que como dice la esposa del asesinado excandidato presidencial en Ecuador Fernando Villavicencio, hacen un trabajo limpio.

Hace apenas dos años nos sorprendió el asesinato del presidente de Haití, en su residencia en puerto príncipe por parte de un grupo de mercenarios exmilitares colombianos, suboficiales y soldados retirados que saben muy bien cómo es eso de asesinar, fueron entrenados en guerra de guerrillas y han vivido una guerra cruel en un país como el nuestro que cada día es más un estado fallido. A estos mercenarios los contrataron desde miami para asesinar al que era presidente en ese momento, y lograron su cometido, pero fueron tan ingenuos a la vez que cayeron presos y viven una condena merecida como debe ser, por bandidos.

Luego llegó el asesinato del fiscal Bacci en Barú, en un resort soñado y promocionado en toda América como uno de los lugares más hermosos para visitar en nuestro país, hasta ese Decamerón Barú llegaron los asesinos en motos acuáticas como sacado de película para asesinar a un poderoso fiscal que vino a pasar su luna de miel y que cayó en la ingenuidad de andar sin escoltas en un país tan violento como el nuestro. 

Lo más reciente, el asesinato de un candidato presidencial en el vecino país del Ecuador. Un candidato que dedicó su vida a denunciar la corrupción y quien no tuvo miedo de entregar su vida por algo que siempre creyó, ir en contra de políticos mafiosos y corruptos, esos que abundan en nuestro país y en el Ecuador. Fernando Villavicencio, sabía que lo querían matar, tenía demasiados enemigos, desde el expresidente Correa, pasando por la senadora colombiana Piedad Córdoba con quienes tuvo enfrentamientos a través de las redes sociales. Los capturados otra vez, terminan siendo colombianos, bandidos, mercenarios, delincuentes que colocan el nombre del país en la palestra publica, pero no por lo bueno que hacen sino por lo malo.  La seguridad de Villavicencio cayó en la ingenuidad de montarlo en un vehículo sin blindaje, muy raro y extraño todo en pleno siglo XXI y con antecedentes mundiales.

Lo conocen quienes quieren cometer un asesinato a gran escala, la herencia de las mafias de Pablo Escobar ha sido dejarle el lastre al país de tener asesinos a sueldo, saben que en Colombia encuentran ese tipo de bandidos, los Castaño como paracos, el cartel de Cali, y las guerrillas son un lastre muy jodido para un país que mueve mucho dinero y mucho poder en pocas familias y que termina siendo un estado fallido en manos de quien lo gobierne.

 


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