Tristemente nos toca decir que la
ciudad de Barranquilla, la misma que vive del carnaval y en la que la alegría
es común y hace parte del día a día, ha entrado en una época oscura que hace
años iniciaba con extorsiones y asesinatos. Hoy, ya pasamos a otra etapa de la inseguridad
y es que los asesinos no tienen pudor alguno en disparar a diestra y siniestra,
todo lo que se mueva lleva balas. La historia de la masacre del barrio
Las Flores vuelve a repetirse. Esta vez en el barrio El Santuario de
Barranquilla.
En el estreno de Juan Fernando
Quintero, la gran estrella que contrataron los Char en esta temporada. Se produce
una nueva masacre en la ciudad, la historia es la misma, llegan 4 delincuentes
en motos, y de ahí dos sicarios se bajan a disparar en un lugar donde habían
muchas personas viendo el partido del JuJu Junior... Disparan a todo lo que se
mueva, el saldo 4 muertos y 6 heridos.
El puma sale siempre ante las cámaras
con cara de bravo, promete acciones más contundentes, habla nuevamente del
negro Ober y del fenómeno nacional de inseguridad. En todo tiene razón el Puma,
en lo que no tiene razón es en decir que la ciudad ha mejorado en temas de
seguridad, En ese aspecto, cada día se ven más actos y hechos que afectan la
tranquilidad de los habitantes de la capital de la costa, que ya puede ser
llamada la capital de las masacres. No son hechos aislados como lo quieren
hacer ver las autoridades, son hechos que tienen detrás a estructuras
criminales muy bien organizadas, que son capaces de paralizar el transporte en
la ciudad con asesinatos a conductores de buses, son capaces de cerrar el
comercio debido a las extorsiones y como vemos ya van dos masacres en menos de
un año en una ciudad carcomida por problemas sociales en donde la mirada
siempre va hacia el malecón o para los barranquilleros, hacia el Junior.
No hay seguridad en una ciudad
en la que en una terraza de restaurante llegan y atracan en cualquier momento,
en donde se realizan masacres por parte de sicarios que luchan por rutas de microtráfico
de drogas o de cobra diarios en el país del gota gota. Barranquilla paso a ser
la capital de las masacres, feo decirlo, pero no se puede ocultar el solo con
una mano. Barranquilla exige y da las herramientas dice el alcalde Pumarejo, pero
la ciudad sigue en crisis de seguridad, la gente exige respuestas contundentes,
pero lastimosamente se ve muy lejos la salida de un problema cruel en donde los
cabecillas de estas bandas siguen delinquiendo desde las cárceles de Colombia.
Se vienen los carnavales y lo que pasa en la ciudad invita a mas de uno a
reflexionar como quiere vivirlos.