viernes, enero 27, 2023

Ejercitos populistas

Izquierda y derecha son lo mismo, toman el poder gracias al discurso contra el enemigo. así lo hicieron Uribe con las FARC, Chávez contra los millonarios de siempre en Venezuela, Correa en Ecuador contra los pelucones y Petro en Colombia en contra de Uribe y desgobierno de un imbécil llamado Iván Duque.

Al final resultan siendo lo mismo, perpetuarse en el poder para manejar los hilos de un país, o mejorar la situación de sus familias y herederos, son tan buenos en eso, que en Santa Marta llevamos 12 años de un mal llamado cambio, que ha sabido cultivar un ejército naranja a cambio de contratos y otras cositas más. Uribe lo hizo en su momento con familias en acción, y Petro ve en los llamados gestores de paz y jóvenes de paz la forma de tener 100.000 personas afines a su política del amor, pero pagados con los impuestos de los Colombianos y así darles un pequeño aporte mensual de un millón de pesos.

Los populistas saben que se requieren ejércitos de fanáticos o de votos para seguir en el poder, quien votaría en contra de que le regalen un millón de pesos por no hacer nada y hablar de paz.  Petro busca liberar a los jóvenes que con terror y sevicia hicieron las delicias en épocas de la explosión social, les llama gestores de paz y hasta se atreve a buscar a 100.000 desocupados y regalarles mensualmente un millón de pesos para que hablen de paz en un país con una tremenda desigualdad social, la cual Petro pretende acabar regalando plata a los pobres.

Los emperadores entienden que se debe construir el imperio, y que ese imperio se construye con votos y con fanáticos, pero sobre todo con contratos y regalos, así iniciaba hace 12 años el caicedismo en Santa Marta, ha logrado pintar la ciudad de un feo color naranja, olvidando los colores de la ciudad, como lo es el hermoso azul cielo y blanco.

Desde ya se avecinan tiempos oscuros, un presidente que llama a la movilización imitando el estilo de quien criticaba hace algunos años, cuando este personaje oscuro decía que el estado de opinión estaba por encima del estado de derecho, ahora Petro quiere que la gente en las calles presione al congreso que tiene enmermelado para que las leyes que pretende imponer pasen sin mayor discusión que una buena movilización. Las marchas son el arma secreta y poderosa de una izquierda que sabe cautivar incautos, enamorar a quienes necesitan trabajo y les exige que deban marchas con la respectiva consigna que el emperador ordene. Ya lo hemos visto en Santa Marta, de eso se nutren y de eso viven, arman ejércitos populistas a los que luego deben mantener con contratos y dineros del estado, esos que pagamos tú y yo.


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