La selección Colombia es o era un motivo de unión para el país en un momento de la historia en que existen demasiadas fracciones entre todos. Sin embargo, últimamente la selección es otro motivo más de desunión, desesperación y de confrontación. Una selección que no juega a nada, un equipo sin ideas, sin motivación, sin nada en la cancha, teniendo a los mejores jugadores en el terreno de juego. Parece la caída y el cierre de un ciclo que fue maravilloso en su momento de la mano de un director técnico que le cambió la mentalidad a los jugadores colombianos.
El hoy DT de la selección, Reinaldo Rueda, ha asistido a dos mundiales con dos selecciones por fuera de su país. Estuvo con Ecuador y con Honduras, fue campeón de la copa libertadores con Atlético Nacional, esos títulos y pergaminos fueron la carta de presentación para pensar que era el indicado en la misión de llevar a la selección a Qatar. Sin embargo, el tiempo pasa y las fechas se van acabando, la selección de Rueda no toma vuelo a Qatar. Con más de 6 partidos oficiales sin anotar.
La casa de la selección es la ciudad de Barranquilla, acá se clasificó a
Italia 90, a USA 94, Francia 98, Brasil 2014 y a Rusia 2018. Pero todo no es de
casa de la selección, sin una idea de juego clara y sin un equipo no se puede
ir a un mundial. Pekerman logró enamorar al mundo del futbol con una selección
que lideraba en el terreno de juego Falcao García, Mario Yepes, y el mejor James
Rodríguez que vio el mundo justo en el mundial de Brasil. Esas épocas parecen efímeras
y añoradas, en ese momento algunos periodistas exigían que Colombia fuera campeón
del mundo o que ganará algo. Entre esos el seudoperiodista que se cree dueño de
la verdad de apellido Vélez, quien nunca estuvo de acuerdo con la forma de
trabajar de quien ha sido el técnico que más lejos ha llevado a la selección en
un mundial y que practicaba un futbol ofensivo y seguro.
Nunca supimos que pasó al interior del equipo en los partido de noviembre de 2020, aquellas derrotas frente a Uruguay en Barranquilla por 0-3 y una inolvidable goleada frente a Ecuador en Quito. Dos derrotas que echaron por la borda el inicio del trabajo con Carlos Queiroz, un técnico europeo que se ufana de clasificar a mundiales a todos los equipos que ha dirigido hasta ese entonces. Muchos dicen que problemas de ego hicieron que el equipo terminara con 9 goles en contra en dos partidos, y sin dirección técnica. El presidente de la federación se apresuraba a ir por Reinaldo Rueda, el colombiano que dirigía a Chile, a quien veían como el salvador de un barco que se hundía. Y Rueda llegó, la selección llegó a estar siempre entre los clasificados aun cuando no era capaz de ganar, pero sus rivales daban todo para que Colombia siguiera ahí. Partidos contra Brasil y Argentina siempre estarán programados para perder, y será un triunfo un empate. Pero no puedes dejar que Ecuador, Paraguay y Perú se lleven punto de tu casa. Los 3 rivales con el mismo juego cortante y esperando lograron sacar los resultados del Metropolitano, el estadio que se ha convertido en un escenario de la farándula nacional, un paseo, en turismo de los cachacos que son los afortunados que pueden comprar boletería tan costosa para ver a una selección que no juega a nada, y que de las ideas de Rueda salen cosas como colocar a un Steven Álzate por Rafael Santos Borre, o Yimi Chara, jugadores tenidos en cuenta por encima de Víctor Cantillo o de Luis Suarez. Ni que decir de pensar que a los 90 minutos hace dos cambios con Hinestroza y Harold Preciado.
Definitivamente Colombia no rueda a Qatar, sin hacer goles difícilmente se puede ganar y menos cuando en la única ocasión clara del rival te marca y te saca los 3 puntos en tu casa, sus hinchas brincan y te bailan para luego celebrar en la icónica Troja de Barranquilla, símbolo de que los partidos de Colombia en Barranquilla son el negocio de tu vida para el turismo, y que de futbol poco o nada tiene Colombia en este momento.