sábado, septiembre 18, 2021

La seguridad vale y la tranquilidad no tiene precio

 Los extorsionistas en Barranquilla están haciendo de las suyas, los recientemente asesinatos de la ciudad dan cuenta de ello. No se escapan ni los policías que tienen negocios, ya nada vale en medio de esta oleada tan brava que vive el país. Estamos en épocas de la seguridad democrática del que nos puso Uribe, fue el elegido, un completo imbécil o incompetente, un buen muchacho preso de un bandido que no lo deja ser lo que quisiera, pero le toca guardar fidelidad. Uribe se aseguró de eso con el TEST Uribista que les hacía Hassan Nassar en entrevistas para la FM radio.

Las bandas delincuenciales se han tomado la ciudad, la frase del alcalde Pumarejo cuando decía que la ciudad era atractiva para los ladrones quedara entre las anécdotas de otro alcalde puesto por la maquinaria Char, la misma que tiene un concejo arrodillado que sesiona para ganar más plata aun en recesos de sesiones, sabiendo que se debe facturar complacientes con la alcaldía y de espaldas a la ciudadanía, a la que visitan en épocas electorales cuando se pelean como leones los votos de los más populares, cuando llueven fajos de billetes entre mochilas en el sur o en una casa blanca como la de la bandida Aida Merlano.

Hace algunos días, un policía en Malambo era asesinado por sus extorsionistas. Las grabaciones de las conversaciones de quien desde el hampa hablaba con un patrullero de la policía como si hablara con cualquier mortal salieron a la luz pública, y en ellas el extorsionista se ufanaba de ser del Urabá antioqueño. Una frase para enmarcar en su conversación "El que colabora vive y trabaja tranquilo". Haciendo referencia a la colaboración que requería su organización de 4 millones y medio de pesos, a un patrullero dueño de un puesto de comidas.

Extorsionista: Más que todo que colabore con las 15 cajas que tienen un monto y un valor directo de lo  que son $4.500.000. Si quieres vivir y laborar tranquilo dígame y le colaboro. De lo contrario creo que no tendríamos nada más de que hablar porque hasta gente que trabaja en carretas ha colaborado, gente que sabe que la tranquilidad no tiene precio.

Policía asesinado: Claro mi hermano yo sé que tú tienes toda la razón en las palabras que me estás diciendo, pero ¿cómo le pide a un palo de limón que le guayaba? Si sabes que ahora no tienes de dónde conseguirte. Te digo lo que te puedo dar en el momento para qué hacerse pajazos mentales que te voy a dar con cagalera, cuando no está en mi alcance conseguir esa plata. ¿Si me entiendes?

El patrullero solo atinaba a mencionar que un árbol de limones no puede dar guayabas, en referencia a que su sueldo y su negocio no daban para semejante colaboración, el extorsionista le decía que lo que no pagaba él, lo pagaría la viuda. Así de esa calaña y de ese tamaño el muerto que carga la inseguridad en un país inviable, en el que los políticos se matan entre sí en un mismo partido, mientras los hampones hacen de las suyas, todo gracias a esta descomposición social en la que vivimos.


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