La actual polarización que vive el país es
producto de años de inconformidad y manejos del hombre más poderoso de
Colombia, y no es Sarmiento Angulo, es quien maneja todos los órganos de
control, presidencia y el congreso a su antojo. La llamada jugadita para
reelegir al presidente de la época, ese que contaba con una popularidad por las
nubes, le ha costado a Colombia muchas cosas. Se perdió el orden
constitucional, se perdieron los valores, se perdió el respeto y todo quedó en
manos de un salvador de finca que planteaba acabar a las FARC luego de que su
hoy amigo Andrés Pastrana le hubiese entregado el país.
Colombia va camino a un despeñadero, directo al
suicidio colectivo, no existe autoridad cuando el presidente es un títere,
cuando la persona que debe ser el líder del país no recibe órdenes del pueblo
sino de un ser poderoso, adorado e idolatrado por los llamados Uribistas. Al
fin y al cabo, este ser poderoso fue quien subió al poder al que hoy sale todos
los días por televisión a las 6 de la tarde en total desconexión con el país,
habla en su programa de televisión como si las protestas y los muertos diarios
no fueran con él.
Era Mayo de 2005 y faltaba un año para terminar
el periodo del entonces presidente Álvaro Uribe, político que había llegado a
la presidencia llamándose independiente luego de haber estado en el partido que
más gobernó en el siglo 20, en esa independencia logró rodearse de políticos azules
y rojos, políticos criminales, de empresarios criminales y pedía sin sonrojarse
votar sus proyectos mientras no estuvieran en la cárcel. Uribe hizo de la
guerra contra las FARC su bandera de gobierno. La reelección de Uribe
supuso perder los pesos y contrapesos del estado, el país perdía el temor a
tener a un tirano dictador, al final importaba más ver como se mostraban bajas
supuestas de las FARC, cuando en realidad eran jóvenes por todo el país que
eran disfrazados para hacerlos pasar como muertos en combate. Para muchos fue
sorpresivo el cambio del voto de Yidis Medina, durante la aprobación de la
reforma de la Constitución en el Congreso. Yidis, siempre sostuvo que votaría
en contra de la posible reelección, pero luego de hablar con Sabas y Diego
palacios votó a favor. Lo mismo sucedió con Teodolindo Avendaño, quien pese a
no votar a favor, se ausentó del recinto para no votar en contra. Luego recibirían
su premio, las famosas notarias que repartía el prócer de la patria y hombre más
poderoso a quien nadie puede investigar porque puede perder la vida o su
tranquilidad. La reelección presidencial inmediata fue aprobada en mayo de
2005 por el Congreso y declarada constitucional el 19 de octubre del mismo año.
El presidente-candidato Álvaro Uribe fue reelegido para un segundo mandato durante
los años 2006-2010, por un porcentaje que superó el 60%. Y fue jubilo en las
filas de los políticos, aseguraban estar con el tipo más popular del momento,
el prócer que podía hacer y deshacer en el país, quien intentaría nuevamente
seguir 4 años más desde el 2010, pero la corte le dijo que no. Quizás un poco
tarde. El daño estaba hecho, el día en que Yidis Medina cambio su voto, ese día
Colombia perdió el rumbo y se entregó a un dictador encubierto por la imagen de
un viejo bonachón, que no acepta salir del poder luego de más de 18 años en él.
Hoy Colombia vive horas difíciles, oscuras, el
invento de colocar a un buen muchacho como Iván Duque en la presidencia no le salió
bien al expresidente Uribe, un país no se puede gobernar tan mal como lo hace
Duque, pero Duque todos los días se supera y cada día lo hace más mal que el día
anterior. Las ordenes las da el mismo Uribe sin sonrojarse por su Twitter, le
pide al ejército que salga a imponer el orden, ese que Duque no puede ni podrá,
le falta mucho pelo pal moño, Duque seguirá siendo un Shakiro, ciego, sordo y
mudo.
La gente se cansó de tener un presidente que no
sabe y no conoce la realidad del país, el tipo no tiene la culpa, no está
capacitado para gobernar, no es fácil hacerlo en cuerpo ajeno. El pueblo se
cansó de que los impuestos lo tengamos que pagar los que estamos en la mitad de
la cadena, y los más ricos sigan teniendo gabelas para ser más ricos. El
florero de Llorente del 2021 fue Carrasquilla y la docena de huevos a $1800,
eso y más muestra lo desconectado que esta esté gobierno del país.
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