Difíciles momentos los que vive
Colombia, difícil entender el desprecio por la vida del otro con la que muchos
ciudadanos salen a las calles, unos sales a disparar al otro de manera
desmedida, y luego los otros toman en propias manos la justicia y acaban a piedras
con la humanidad del otro. Al final, a nosotros nos colonizó la escoria de
España, nuestros descendientes tampoco son reyes o personas trabajadoras, son
en su mayoría lo que la corona española envió como desecho a morir en el mar, y
estos llegaron a tierra con la fortuna para ellos de encontrar a los aborígenes
que desaparecieron y relegaron a pequeños sectores del país.
Hoy Colombia naufraga sin capitán
en el barco, el presidente que puso Uribe en la casa de Nariño no ha tenido la
voluntad ni las ganas de dialogar con una juventud que dejo de temerle al
COVID, sienten que el gobierno de Duque es más mortal que el maldito virus
chino que hace más de 14 meses nos encerró en las casas, las prioridades de la
gente han cambiado.
En Cali se vive una auténtica
guerra civil, por un lado y luego de más de 30 días de protestas muchos siguen
bloqueando vías, la anarquía es total y la invitación de algunos líderes del
Uribismo es a tirar de las armas, es así como por las redes sociales abundan
videos con enfrentamientos entre la población civil, unos armados con rifles y
pistolas automáticas, disparando a matar a todo aquel que bloquea calles o
marcha, se vive una completa falta de autoridad, la verdad es que Cali está muy
mal de alcalde, por ninguna parte se nota su liderazgo o autoridad. En Bogotá
ya nos tienen acostumbrados a ver vándalos encima de buses del Transmilenio,
como si los buses tuvieran la culpa de que más de 10 millones de personas
hubiesen elegido al que dijo Uribe.
Colombia se jodió hace más de
15 años, cuando se reeligió quien en 20 años ha destruido la democracia para
perpetuarse en el poder, y ahora la ciudadanía ha despertado, pero la guerra
nunca será el camino. El total desprecio por la vida del otro es algo que se ve
en cada video que rueda, el desprecio por los derechos humanos de todas las
partes involucradas, el silencio monumental del presidente quien se gastó
tantas horas en su programa de las 6 de la tarde y hoy no es capaz de salir en
una alocución presidencial a pedir dialogo, o mejor dicho, a sentarse a
dialogar.
No sabemos hasta cuando seguirá
el país en esta situación tan caótica, la mezcla de COVID, marchas, bloqueos y
autodefensas disparando es un coctel muy peligroso. Somos un país
violento y el espiral actual nos lo demuestra, vivimos del ojo por ojo y diente
por diente, la senadora uribista Holguín dice que no lloren por un ojo, esa es
la Colombia de quien en su máximo cargo un día enojado le dijo a la mechuda que
cuando lo viera le iba a dar en la cara por marica.