Los colombianos siempre hemos salido a
votar asustados, presionados por el miedo que nos inventan y generan desde la
clase política que siempre nos ha gobernado. Hemos elegido presidentes por
culpa de Pablo Escobar, por temor a la FARC, por el narcotráfico y ahora estamos
ad portas de salir a elegir al que nos dice que debemos votar por él, para que
no seamos como Venezuela.
La campaña actual se vivió en
medio del miedo y la Xenofobia a los amigos venezolanos, a ese pueblo que vive
su larga noche debido al llamado socialismo del siglo XXI, a ese que
enfrentamos con miedo y con la promesa de algunos candidatos que han sabido
explotar el fenómeno PETRO para su acomodo, haciéndonos ver y que creamos que o
es PETRO o son ellos, y dejando de lado la lucha contra la corrupción que es el
verdadero cáncer de este país.
Esta última semana, el llamado
es a la esperanza a creer que los miedos no son los mejores consejeros para
elegir a quien nos gobierne, que debemos buscar no en los extremos ya sean de
izquierda o de derecha, sino a vencer el pasado pensando en el futuro de
nuestros hijos, futuro que solo se puede cimentar en la educación, y que
debemos comenzar a construir con personas que tienen la experiencia, que han
gobernado y que no polarizan este país.
Basta ya como sociedad de votar
presionados con el motivo de que hay que hacerlo por el que dicen que va a
ganar, de que el voto es útil porque no nos gusta perder, debemos entender que
se debe votar por el mejor, por la mejor opción para un país que requiere
cultura, ciencia e innovación, pero que sobre todo requiere unirse y no
polarizarse más. Que dejemos atrás los odios de clases que nos venden los
populistas o el miedo a ser una nueva Venezuela. Nosotros merecemos más que
esas promesas. Se entiende que en la actual campaña ha reinado la
incertidumbre, cinco candidatos que fueron moviéndose de acuerdo a las
encuestas, esas fotos que se hacen con el objetivo de conocer la intención del
voto, y que a su vez sirve para inflar o destruir candidaturas, lo que paso con
Duque y De la calle, quienes vivieron en orillas opuestas de las encuestas toda
su campaña.
Todo está dicho, solo queda que
este domingo salgamos a ejercer el voto con la convicción de hacerlo por una
opción que no represente odios o la lucha de miedos, el miedo que debemos
vencer es el de poder crear una sociedad educada, y estar seguros que eso lo
representa Sergio Fajardo, por lo menos da mucha tranquilidad conocer los
intelectuales que apoyan su candidatura, con eso se y tengo la tranquilidad de
estar en el camino correcto y de construir la sociedad que le quiero dejar a
mis hijos.
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