Nuestro país ha vivido por décadas el olvido histórico de lo que
significa la decencia política o la honestidad al defender los ideales, sería
mejor que los líderes se tatuaran en la piel sus consignas y defendieran sus
ideas a través de la historia como lo hicieron desde la primer vez que lo
afirmaron, pero somos Colombia y estamos condenados a repetir la historia.
Bueno sería tatuarse esas frases o consignas que lanzaban por allá en el
año 2003 y 2004, cuando llegaba a la gobernación el Parapolítico Trino Luna,
quien desde su puesto buscaba a toda costa cobrar rencillas personales con
quien para la época era el rector de la Universidad del Magdalena y hoy día es
alcalde en cuerpo ajeno de la ciudad de Santa Marta, de aquellas épocas
recuerdo mucho que pregonábamos quienes veíamos un liderazgo sincero y un
discurso en aquel momento coherente con lo que se vivía, se convocaban marchas
y salíamos como estudiantes de la Universidad del Magdalena a defender lo que
considerábamos la autonomía universitaria, creíamos muchos y estábamos seguros
que la clase política no debía entrar al alma mater, todo promovido por el
rector de entonces y apoyado de verdad por la comunidad universitaria.
Resulta ahora que luego de salir de la Universidad y fundar un
movimiento político, tener en su poder la alcaldía; hacen lo que tanto
criticamos en esa época de Trino Luna, y con candidato propio de sus entrañas quien le rinde informes de su candidatura, tratan de colocar un consejero en el
superior para tener algo de poder que se añora cuando se crean pequeños cielos,
aunque ese voto tan anhelado no haga la diferencia en un organismo controlado por el rector. Su ego y orgullo no le
permite perder tan seguido. Tan politizada estuvieron estas elecciones que con
buses y mediante el empadronamiento de los egresados, movilizaron a la gente a
votar, parecían unas elecciones a la alcaldía o al concejo de puerto mocho.
Por otro lado quienes por años han realizado prácticas no santas en los
puestos que han ocupado, invitan este 1 de Abril, salir a la calle para marchar
en contra de muchas cosas, no sabe uno al fin contra que es la marcha de tantos
mensajes que lanzan, lo que si entendemos lo que aun contamos con memoria, es
que esta marcha no puede ser liderada por quienes han gobernado este país de la
misma forma que lo critican, esos que tuvieron en su gobierno la Yidis política,
los falsos positivos, el agro ingreso seguro, las notarías de Teodolindo,
compraron su elección y reelección en la procuraduría con la feria de los
puestos en ese organismo y desde ahí persiguieron con sesgo ideológico a todo
lo que oliera a oposición. Dentro de esos marchantes, contamos también a
quienes con la doble moral van predicando y aplicando sus teorías religiosas,
pero solo a su acomodo, porque de nada sirve la vasija si lo que se almacena está
podrido.
Es nuestro país de los marchantes, acá se marcha por todo, por poco o
por nada, la verdad no sé si las marchas sirvan para algo, quizás visibilicen problemáticas
que afecten a la comunidad, realmente lo interesante es saber si quienes
convocan marchas tienen la autoridad moral para manifestarse en contra o a
favor de la consigna que los motiva. Los dos casos expuestos hacen parte de lo
mismo, la sed de poder y el orgullo van de la mano cuando se defienden los
pequeños cielos que se hacen en la tierra, uno en Colombia, otro en Santa
Marta.
Perlas:
- El reguetón
acabo con la radio, este 24 de marzo que pasó se celebró el día del
locutor. Sin embargo de aquellos locutores que tenían licencia para
hacerlo no queda nada, ahora es más fácil tener la pinta de moda y colocar
la música que manda en las juventudes para ser el DJ o locutor de "Mix".
- Caudillo: Su oratoria se
hace experta en la mentira y en el debate, se ven raros con poder y
dinero, diciéndose del pueblo, pero es fácil acomodar los ideales a
capricho por el dinero y las ansias de poder.