Escribo esta entrada de mi blog, aclarando que no soy fanático ni hincha
del Junior de Barranquilla, lo hago como aficionado del fútbol que hace 10 años
vive en Barranquilla, teniendo en cuenta que mi hijo nació en esta hermosa
ciudad y que algún día me reclamará por decirle que somos fanáticos del Unión
Magdalena y no del Junior, y lo digo porque el chiste gracioso es que el Unión
lleva 12 años en la B y parece no tener puerta de salida de ese infierno.
Los equipos de fútbol modernos son empresas que bien manejados y
administrados son fuente de ingresos para sus dueños, ejemplos en el mundo hay
muchos, pero en nuestro país los equipos de fútbol son más el producto del Hobbies
de algún adinerado de la ciudad que conformo un club y que a través de la
historia lo arraigo al sentir de un pueblo, de una ciudad o de una región del
país.
Tal es el caso del Junior de Barranquilla, el único equipo costeño que
se encuentra en primera división y que cuenta con el apoyo de muchos
aficionados en distintas zonas de la costa atlántica, en Barranquilla el Junior
es casi una religión para muchos, que los domingos asisten a misa con la
camiseta puesta desde el papá, mamá y los niños con la camiseta de la
temporada.
Es tal la afición que Barranquillero nato que se jacte de decirse
Barranquillero tiene las pasiones del Carnaval y el Junior.
Ese sentimiento que le manifiesta la gente en la ciudad y en la costa no
se ve retribuido por el equipo o por sus directivos, hace unos cuantos meses el
máximo dueño del equipo, el que contradice a sus hijos que tiene en la junta
directiva o al presidente del equipo en muchas ocasiones, hablaba de que al
Junior le faltaban 5 figuritas y que con eso se arreglaba la crisis de
resultados, todo pasaba por esas figuritas que don Fuad prometía. Cumplió con
algo don Fuad, y fue traer a un técnico que juega bien al futbol, que ha hecho
historia y carrera en el futbol colombiano y que merecía la oportunidad de
entrenar al único equipo costeño en la A, un equipo que algunos todavía llaman
grande, hoy día en el futbol los equipos no son grandes por la camiseta, son
grandes por los jugadores que tienen.
Paso el tiempo y de figuritas poco o nada, llegaron refuerzos al equipo
pero no de talla, se volvió el Junior el refugio de jugadores que en Millonarios
no tenían cabida, y que por petición o no de Gamero, el que no sepa que un
equipo es grande por sus figuras y por el equipo que se arme alrededor de un
gran estratega. Las figuritas de Fuad, este año fueron: Estrada, Aponza, Roa, Cuesta, Quiñones. Algunos de ellos no son titulares.
Otra cosa es entender que la rivalidad histórica del equipo de la
capital de la costa, era con el Unión Magdalena, como olvidar tantos clásicos
vividos en el viejo y olvidado Eduardo Santos, aun siendo niño mi papá me
llevaba a ver esos partidos de máxima tensión en los que siempre esperábamos
que el Unión respondiera con más de lo que tenía, y en muchas ocasiones así lo
vivía. Lo que no entiendo es porque en la situación actual del Junior un
comentarista todo chabacan, típico Barranquillero que tiene la sintonía del
personaje del común, que ve en él, lo que se habla en la tienda de la esquina
con el calor del momento, ese comentarista de satélite que dice en sus
comentarios que no le gustaba Gamero para el Junior porque Gamero no es técnico
de equipo grande y que su melena encrespada no era de su gusto. El otro día en
un taxi le escuchaba decir que Gamero cree que el Junior es el unión Magdalena,
señor Abel, el que cree eso es el dueño del equipo con los jugadores que
contrata, deje al Unión tranquilo que suficiente tenemos con estar 12 años en
la B, con el dueño un señor de las mismas ínfulas que don Fuad, que tienen los
equipos para cumplir con sus ratos libres.
Perlas;
- Ya
era hora que un sorteo de Champions le deparara algo de rivalidad al
equipo de Chamartín, hace años que no veía una eliminatoria en estas fases
que le sugiriera algún tipo de peligro para su pase al equipo blanco.
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