Hoy 20 años después de aquella canción , las ilusiones de muchas mujeres siguen siendo las mismas, convertirse en reina. Desde pequeñas son nuestras princesas, las mujeres son y serán flores por siempre, y en ese afán muchas alucinan con la belleza física que pueden tener hasta el punto de que muchas hacen lo que sea por verse hermosas.
En un país como el nuestro en el que le hacemos reinado desde el ñame, hasta la iguana, muchas sueñan con que un tipo rico, bien plantado las saque de pobre, otras que sueñan con ser famosas y ven en los reinados la vitrina perfecta para lograr el sueño.
Como colombianos nos escandalizamos cuando de niñas se hace el reinado en un pueblo de Señorita Tanguita, pero explotamos en jubilo cuando la representante de Colombia gana el título de Miss universo, enseguida comienza el festejo ese que muestran en el noticiero de las 6 de la mañana con más de uno amanecido y festejando en la calle 84 de Barranquilla, y apelando a los regionalismos que ya están mandados a recoger.
Como no queremos que las niñas sean felices jugando a ser princesas y jugando en los reinados, si lo que ven a su alrededor es la felicidad de un país por culpa de algo tan inverosímil como un reinado de belleza.
Así somos, vivimos en rojo de Miss tanguita al verde en Miss universo. Y aclaro la belleza física es efímera, lo intelectual es verdaderamente duradero. Los estereotipos de belleza que nos hemos hecho rondan y rayan en lo pagano.
Perlas:
* se entregó la conejita Hurtado cansada y aburrida de huir como rata, seria bueno conocer la verdad detrás del episodio más deprimente de la inteligencia del gobierno en la época del mesías.
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