sábado, noviembre 09, 2013

La flameante llama

Como se cambia la historia de una ciudad o la percepción de un dirigente en la realidad, sino es con inteligencia. Traer a la ciudad de Santa Marta unos juegos bolivarianos, que quizás para muchos parezca poca cosa, porque a decir verdad muchos de los que hoy apoyamos que Santa Marta albergue un evento internacional aunque sea este, no teníamos ni idea de la existencia de estas justas.
En Colombia ya cuatro ciudades han recibido y organizado los juegos, Bogotá en el año 1936, Barranquilla en el año 1961 y Armenia y Pereira en el año 2005, es decir que 12 años después los juegos volverían a Colombia, viéndolo así y haciendo un análisis más profundo por fuera de las sensaciones que se despiertan entre seguidores y opositores del actual alcalde, no es que sea muy difícil rotar la sede, ya que los países entre los cuales se rifa son 6.
Cambiar de un momento a otro esa realidad que vive una ciudad como la nuestra, llevada en el olvido durante muchos años, se puede realizar con cortinas de humo y llamas flameantes que se enciendan en una zona que por décadas ha reclamado mayor participación a nivel nacional e internacional y que se enmarca dentro de lo que se puede llamar desidia gubernamental, porque no con juegos se solucionaran las grandes problemáticas de una ciudad que no cuenta con un transporte terrestre digno de ser la ciudad más vieja de Suramérica o unas calles que al menor asomo de lluvia parecen un río, porque hay que decir la verdad así muchos no estén de acuerdo, la ciudad no cuenta con vías, medios, escenarios y algo importante, cultura ciudadana para albergarlos aun, eso hay que trabajarlo y con mucha filigrana. Hoy el alcalde sale a decir que Santa Marta contara con plan maestro de servicios y públicos y de movilidad, definitivamente un plan ambicioso, que puede encausar a la ciudad en la élite del país, mostrándose como una ciudad pujante y de ganas, que anhela llevar a buen curso su historia no solo deportiva, sino cultural y política.
Hay que hablar de los escenarios deportivos que se construirían, porque no hay. Ver en una foto los diseños del supuesto nuevo estadio mostrada por el alcalde en el momento justo, cuando un medio nacional llega a la ciudad, es ser muy, pero muy inteligente. Tratar de voltear una torta que hasta ayer parece involteable, en la que se empezó por los concejales que no habían sido untados por mermelada y luego poco a poco fue tomando forma la llama.
Estos juegos hacen que se hablen los enemigos de siempre, que buena noticia, ojala un expresidente entendiera que la paz se hace con los enemigos, no con los amigos. Ver en un diario del magdalena que el alcalde odiado por su dueño, llega a mostrar como la ciudad puede cambiar mediante una gran inversión genera expectativa, pero que ojala esa expectativa se pueda materializar en algo real y concreto y que no se convierta solo en una cortina de  humo que busca neutralizar ataques y remediar con una camiseta de los juegos todo lo que no se ha hecho en dos años de gobierno.
De mi parte, apoyo total a este tipo de iniciativas que buscan que Santa Marta se muestre a nivel nacional e internacional, y que sea reconocida y nombrada no solo por sus políticos paramilitares, muchos ya condenados y otros tratando se reencaucharse en cuerpo ajeno, sino que la ciudad crezca en 4 años a pasos agigantados, contando con escenarios deportivos dignos de la ciudad que ha parido a los más grandes futbolistas de este país, con vías de verdad y un transporte que deje de ser de cartón y se convierta en un verdadero impulso para la región.


Perlas:
  • Si las cosas siguen así, Colombia va camino a un Kiny presidente con un Álvaro donoso y un teletubbie de alcalde de la ciudad más importante de Colombia.
  • Que entiendan los que tienen la mente obtusa y bloqueada, la paz se hace con los enemigos no con los amigos, que no negocia de bandido a bandido, se negocia de gobierno a bandidos. Apuesto por la paz, porque esta generación de Colombia no la conoce.


1 comentario:

pjsystem dijo...

Creo que las buenas causas deben ser aisladas de la políticas y las ideologías; creo, como lo indicas en tu artículo, que pretender generar el desarrollo urbanístico propuesto a partir de la obtención oficial de la sede de los juegos bolivarianos puede enfocar los esfuerzos de la ciudad en cosas que necesitamos hace mucho tiempo: infraestructura, un sistema de transporte y un enfoque cultural diferente... ojala se pueda y ojala se materialice, porque Santa Marta merece ser una ciudad a la altura de las élites urbanas en Colombia.

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