Dicen que por la vida se debe hacer todo lo que se tenga a la mano
disponible; hasta lo imposible, que lo único que no tiene remedio es la muerte,
ese es el pensamiento de los seres humanos que han desarrollado su intelecto y
entienden que no podemos estar matándonos entre nosotros, no.
Esta semana, leí la columna de Luis Ignacio Lula en el periódico el país
de España - http://elpais.com/elpais/2013/11/11/opinion/1384193778_503353.html -
en esta se refiere a los avances médicos y los esfuerzos que no se deben
escatimar para salvar una vida, y condiciona que aun en los países más
desarrollados del mundo, estas soluciones medicas no están al alcance de todas
las personas, interesante historia de un personaje que colocó a Brasil en la órbita
de los grandes países desarrollados y sacó de la pobreza absoluta a muchos.
Incluso, en carne propia vivió como viven los ciudadanos del común, cuando su
primera esposa falleció por culpa de una enfermedad y no contar con los
recursos ni el avance tecnológico de hoy día.
Ver como en otros países se hacen esfuerzos y se tiene conciencia de que
la vida de un ser humano no tiene precio, contradice lo que vemos a diario en
nuestro país. Un sistema de seguridad social hecho a la medida de los palacino
o de las EPS creadas por una ley 100 del Ex-Presidente Álvaro
"Donoso", en el cual no hay conciencia de la vida, eso no existe en
un país como el nuestro, llegar a una sala de espera de urgencias de una clínica
es un verdadero calvario, un sitio deprimente, en el cual no vale más que
influencias.
No vale sino tener un plan de salud pre pagado para ver si así se
obtiene un mejor servicio, es lo que uno creería, y así sucede.
Como si no fuera suficiente el paupérrimo servicio de salud al que
estamos sometidos, nos bastamos nosotros para matarnos, gente que tiene en su
cabeza el mal, que heredaron de los que nos conquistaron la maldad, porque para
eso somos buenos, para oprimir el gatillo frente a una niña de 8 años, o para
llegar disparando a una discoteca sin importar quienes estén en el sitio, la
vida si tiene precio, póngale 200 mil, 300 mil, un millón, dependiendo del
muñeco.
Para acabar de completar el panorama, existen las llamadas clínicas de
garaje, esas a las que se recurre por economía para hacerse un procedimiento
estético, en el que la vida se ve resumida a un valor módico de promoción
navideña, por solo un millón de pesos. Así muere la gente, en esos sitios que está
a la de Dios, porque la ley no hace nada. Todo lo anterior demuestra que en
Colombia la vida si tiene precio, y que ese precio se lo colocamos el día que
dejamos de entender que la vida de un ser humano es lo más valioso que existe y
que cualquier esfuerzo que se haga por salvarla es mínimo en comparación a lo
que Dios nos regaló, aunque existan seres con la maldad a flor de piel y su
paramilitar en el corazón, para acabar con mano firme lo que se debe acabar con
gestión social en un país como el nuestro.
Perlas:
- El ex-presidente que produce
las mayores noticias negativas del país no es capaz de reconocer las
cifras de desempleo que muestra el gobierno, la cual según es la más baja
en 15 años. Señor ex-presidente eso también hay que tuitearlo.
- Como colombianos hemos caído en un uso de extranjerismos que no le hacen bien a nuestra identidad cultural, la última gran invención de moda; el uso del término Black Friday para referirse a promociones y gangas en el comercio. Hay que ser un poco más auténtico - http://lobispo.blogspot.com/2012/10/identidad-cultural.html
2 comentarios:
Buen artículo, un saludo. @YoAlejoV
Parece lo de la identidad es un tema caduco, porque en Panamá utilizaron el bendito término de "Black Friday", sin conocer el contexto real de la frase. Es un poco triste encontrarse con esos ejemplos. Saludos!
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