Cierta ocasión escuche de voz de un amigo, que decía que el que conduce
en Santa Marta es capaz de conducir en cualquier lugar del mundo, yo le añado a
esa frase que el que conduce en Santa Marta o Barranquilla es capaz de manejar
una nave a la luna. Pero no conducir por conducir, como muchos animales hay en
la calle, que de manejar tienen en su cabeza los gritos que le pegaba su papa o
su tío al momento de enseñarles o de muchos que fueron a las escuelas de
automovilismo por una licencia de conducción pero que pasaron por ella mas por requisito que por aprender lo que se debe aprender.
Conducir en Barranquilla por estos días, es bastante complicado, tanto o
más que siempre, pero la razón de que sea más complicado hoy, es el hecho de
que en pos de que Barranquilla "Florezca" se cierran importantes
arterias viales sin tener un plan definido de cierres, o sin contar con agentes
reguladores de tránsito, en una ciudad consumída por el caos vehicular que
provoca el tener la Carrera 43 cerrada a pedazos, y habria que preguntarse porque se hacen estas labores en plena visita de la selección Colombia a la ciudad, y donde llega gran cantidad de turistas de todas partes del país.
Opto a veces por caminar en vez de transitar en mi carro, no puedo dejar de decirlo aunque a muchos parezca queja, no me permito quejarme, soy un ciudadano de bien que le gusta lo bueno, que propende por una calidad e vida para todos, y para quien la tranquilidad esta primero que todo.
Opto a veces por caminar en vez de transitar en mi carro, no puedo dejar de decirlo aunque a muchos parezca queja, no me permito quejarme, soy un ciudadano de bien que le gusta lo bueno, que propende por una calidad e vida para todos, y para quien la tranquilidad esta primero que todo.
Las colas de carro, interminables, el afán de la gente por llegar a su
lugar de destino y sobre todo la llamada inteligencia vial, poca por cierto que
se tiene, hacen que las calles se conviertan en ríos de carros, en rines de
boxeo de vehículos, en donde se lucha por ser el más vivo, aun a costa de
llevarse a los demás por delante. Ciudades grandes deben tener gente grande al
frente, gente que tenga en cuenta que no es solo el hecho de reparar una calle,
es todo lo que lleva consigo esta labor, que bien que las rotas calles
Barranquilleras, sean reparadas, y se tengan en perfecto estado pero ese
desarrollo no puede ir de la mano del caos y desorden que se produce por no
contar con los actores adecuados que manejen una movilidad de locos.
Y si eso se ve en el norte de la ciudad, supongo la locura que debe ser
el sur, con la cantidad de moto que transita, los moto taxistas, los amigos de
la mancha amarilla ( http://lobispo.blogspot.com/2013/05/la-mancha-amarilla.html),
allá la situación no debe ser mejor.
El problema no solo pasa por Barranquilla, pasa más bien por la cabeza
de quien va en el volante de un carro, en esa forma de conducir que a veces
raya en lo absurdo. Se ve en todas partes, por eso toma fuerza la frase de
quien conduce en Santa Marta, conduce en New York como si fuera Schumacher.
Perlas:
- La exportación de
periodistas deportivos de Colombia a canales internacionales, pasa por el
apellido raro que se tenga que por sus buenos comentarios o conocimiento
de la materia, sucede con un tal Maroco, o un Pucceti, o que tal un Meluk,
no dejemos de hablar de un Casale... Gente del común, que habla de lo común,
y que se siente la panacea del periodismo deportivo.
- Lamentable siempre, las
llamadas caravanas de la muerte que se dan en Santa Marta cada que
Colombia juega, o cuando hay eventos especiales. Muertos ya tenemos, que
falta para que se tomen medidas con autoridad? http://lobispo.blogspot.com/2013/03/caravanas-de-la-muerte.html
1 comentario:
Lo comentado sobre los arreglos en la red vial sin ningún plan de soporte lo he vivido acá en Panamá. En el gobierno actual se han avocado a realizar trabajos simultáneos, complicando el transito a la ciudadanía. El problema es que también se encuentra en la psiquis el moverse por cualquier cosa en auto. Y para empeorar el tráfico, las personas compran autos del año por el servicio deficiente en el transporte público. Y cabe agregar la educación vial, algo obviado por los entes gobernantes.
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