La Alemania Nazi se unió en torno a Hitler por promesas simples en tiempos complejos: restaurar el orgullo nacional, recuperar la economía y “unificar” al país frente a supuestos enemigos. En el Magdalena, el nuevo Káiser del departamento, barón electoral, ha dicho a diestra y siniestra que sus intereses y la unión en torno a él deben darse porque es un firme luchador en contra de las mafias y los clanes de antes. Llega a llamar a Roy Barreras un "camaleón político", como si se tratara de un burro llamando orejón a un elefante.
Caicedo es el político más inteligente y oscuro que ha tenido el departamento del Magdalena; un personaje que siempre se refiere a sí mismo en tercera persona y que sabe ganar elecciones. Aprendió de los mejores y su discurso clasista no resiste una letra más. En medio de las elecciones atípicas a gobernador que acaban de suceder, Caicedo estuvo rodeado de apoyos que siempre criticó, empezando por el condenado corrupto Eduardo Pulgar, antes del partido de la U. También se sumó Rodrigo Roncallo, barón electoral del deprimido pueblo de Tenerife y dueño de una gran votación en el centro del Magdalena. A estos oscuros personajes se sumó Holmes Echeverría, quien paradójicamente es el representante del Centro Democrático en el Magdalena y ha venido construyendo un redil político bastante amplio; el apoyo de Yohan Pinedo, diputado y esposo de Elizabeth Molina, quien hasta la elección de Rafael Martínez siempre fue opositora del gobierno de izquierda; y la suma de Claudia Aarón, quien también fue crítica del Káiser del Magdalena. Todos ellos consolidan un frente de políticas contrarias en ideas, pero que se devoran con gran apetito el presupuesto de contratos, burocracia y participación política, como Caicedo sabe manejar con sus amigos más cercanos.
Caicedo repite que el Magdalena ha sido gobernado por “los mismos de siempre”, “las castas políticas” o “las mafias clientelistas”. Se presenta como un líder que “rompió el dominio de los clanes” y que gobierna de forma independiente frente a partidos tradicionales. Palabras como “mafias”, “corruptos”, “saqueo”, “honestidad” y “dignidad” aparecen reiteradamente para marcar un contraste moral frente a sus opositores, lo cual es todo lo que hoy en día es Caicedo y su movimiento político.
Caicedo controla alcaldías, gobernaciones, candidaturas y redes de apoyo. Opera con una estructura cohesionada, estilo movimiento o maquinaria progresista, incluso si su discurso es antimaquinaria. Ha tejido alianzas con sectores que él mismo antes señalaba. La permanencia prolongada de su grupo en el poder (2012–2024 y más allá) hace que muchos lo perciban como un nuevo clan político, aunque con narrativa de izquierda. El nuevo clan es una realidad: pasó de los votos que llamaba militantes de base a ser un político que necesita de lo que siempre criticó para mantenerse vigente, y que pueda seguir pagando cirugías estéticas para cada día parecerse más a Norberto.
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