miércoles, mayo 14, 2025

La democracia cuesta… y el poder también

En el debate sobre la consulta popular propuesta por el presidente Petro, se presentaron hechos y discursos que parecen sacados del libreto político de nuestro país. Por un lado, la senadora María José Pizarro reclamaba al presidente del Senado, Efraín Cepeda, porque en pleno debate se estaban repartiendo refrigerios, apenas unos minutos después del almuerzo. Lo que no sabía la senadora era que esos refrigerios los distribuía su hoy aliado —y antes enemigo— Armando Benedetti, actual ministro del Interior. Ese mismo ministro, en una de esas frases que suelen pasar desapercibidas, dijo: “La democracia no es barata; las dictaduras sí lo son.”

Benedetti sabe bien cuánto cuesta el poder en ese espacio donde tanto le gusta estar. "Armandito", como le dicen algunos, ha sido uribista, santista y ahora, redimido por Petro, petrista. Sabe lo que es jugar en las grandes ligas. Entre todas las acusaciones que enfrenta en la Corte Suprema y la Fiscalía, carga procesos por irregularidades en la adjudicación de contratos cuando era congresista, junto a los exsenadores Musa Besaile y Bernardo ‘Ñoño’ Elías.

El caso Fonade involucra presuntas irregularidades en contratos adjudicados en 2016, cuando Benedetti era senador del Partido de la U. Según el medio Cambio, Fonade habría sido usado con fines políticos, y Benedetti habría favorecido a la empresa Certicámara S.A. en un proceso contractual. La Corte Suprema lo acusa por tráfico de influencias. 

El ministro de la “democracia que no es barata” lo sabe. En grabaciones que salieron a la luz pública, hablaba de 15 mil millones de pesos supuestamente destinados a la campaña del entonces candidato Gustavo Petro. En el gobierno también saben que gastarse 700 mil millones en una consulta popular no es nada, si se trata de mantener el poder.

Vivimos en un gobierno derrochador, lleno de contratistas que obligan a  marchar como le gusta a la izquierda, donde ya hay decenas de funcionarios imputados por corrupción. Uno de los casos más sonados es el de Sandra Ortiz, exasesora de Petro, quien supuestamente utilizaba a Osneider Pinilla y Olmedo López —ambos petristas— para comprar conciencias y votos mediante contratos y maletas de dinero. Ese dinero habría llegado a los apartamentos del entonces presidente de la Cámara, el liberal cordobés Andrés Calle, y del senador Iván Name, quien, por 3.000 millones de pesos, habría vendido su conciencia al gobierno. Pero como todo político astuto, parece que finalmente les hizo el "conejo".

La democracia cuesta, y este gobierno lo sabe. Sabe lo que implica movilizar influenciadores, comprar lealtades mediante contratos, y sostener el poder con recursos públicos. En este gobierno, vivir sabroso cuesta… pero lo pagan con el dinero del Estado. 

Para Petro y sus seguidores, tener a Benedetti como ministro del Interior es el precio a pagar por muchas verdades que parece conocer. Aún no se entiende cómo quienes se hacían llamar “el cambio” se tragan ese sapo gigantesco. Todo porque su “mesías” les prometió que Benedetti ya había sido redimido de todos sus pecados antes de convertirse en petrista. 

La democracia cuesta, y este gobierno lo tiene claro. Sabe que hoy, ese Congreso que hasta hace unas semanas era su enemigo, ahora puede ser su mejor aliado para hacer realidad lo que busque. Y eso se logra con puestos, contratos y la famosa mermelada que tanto criticaban. Este supuesto cambio no es más que la misma podredumbre de siempre, el mismo hedor que llevamos años respirando en este asqueante escenario político llamado Gobierno de Colombia.

La democracia no es barata.



viernes, mayo 09, 2025

306 Mil Votos y un Video Incomodo

Han pasado varios meses desde que el exgobernador del Magdalena, Rafael Martínez, hiciera en un evento político una invitación pública a votar por Miguelina Pacheco y María Charris, militantes y aspirantes a cargos en las elecciones territoriales de 2023 por el Partido de la U. En ese entonces, desde la tarima y con su tono altisonante, siempre cercano al de un charlatán, Rafael promovía abiertamente el voto por dicho partido, mencionando incluso los números en el tarjetón. Esto, según las leyes y la Constitución de nuestro país, está prohibido por el principio de doble militancia política, considerando que para ese momento existía el Movimiento Naranja como partido político, con listas propias al concejo y a la asamblea.

A Rafa, a su jefe Caicedo y a sus secuaces poco les importan las leyes cuando se trata de sus propios intereses; siempre recurren al discurso de la persecución.

Rafael Martínez incluso juró ante un juez de la República que el del video no era él. Son capaces de negar hasta a la madre con tal de conservar el poder. Asegura que todo es un montaje, que jamás hizo lo que claramente se ve en el video. Luego, en un mensaje publicado en sus redes sociales, afirmó que fue víctima de los "narcoclanes" que, según él, influencian al Consejo de Estado. Sostiene que su comportamiento no puede considerarse doble militancia y, por supuesto, reitera su apoyo a Petro.

A "Ratael", como lo llaman algunos, lo sacaron por infringir la ley, aunque para él eso parezca normal. Están acostumbrados a tener jueces amigos, como aquel famoso juez que, mediante una tutela, logró que la foto del “alcalde de hierro” apareciera en el tarjetón de las elecciones de 2023. Lo que hizo Rafa no está permitido, aunque él insista en que fue un tecnicismo o una persecución política, la vieja y confiable táctica de la izquierda resentida de este país. El papa Leon XIV llegó haciendo milagros, y asi a Petro no le guste debe convocar elecciones pronto.

La sentencia del Consejo de Estado también afectó a la segunda en votación a la Gobernación del Magdalena en 2023, la hoy diputada Mallath Martínez. Ahora todo queda en manos de la Registraduría, que deberá organizar nuevas elecciones.  Rafa, tuvo una gobernación que nació muerta, que solo le sirvió durante estos meses para hacer lo que mejor saben hacer en las toldas naranjas: mover contratos, contratar amigos para que les hagan la tarea y fortalecer el movimiento del "emperador".

Rafael afirma que se han burlado de 306 mil votos y que todo es una persecución. A estos personajes de la izquierda resentida los persiguen todos... incluso ellos mismos cuando abren los ojos y revelan las verdades que ocurren dentro del movimiento del todopoderoso emperador. El verdadero "tic tac" fue el de Rafael: una gobernación que nació muerta desde aquel famoso video. Se va, se va... y bien ido será. Aquel que, con todas las argucias posibles, trató de evitar el desenlace de una crónica de una muerte anunciada. El único que persigue a los naranjitas es el mismo cacique naranja. Que levante la mano el que va llamar a pedir el voto por Miguelina y por Maria... Ahi tienes Rafa, convertido en la porqueria de la política que tanto critican.





domingo, mayo 04, 2025

EL Unión Magdalena es un equipo lleno de cadáveres

Todo parecía presagiar que por fin se iban a sumar tres puntos. La gente en el estadio, por primera vez en el torneo, aplaudía y alentaba al Unión: un equipo humilde, pero capaz de llevar público al Sierra Nevada aun ocupando la última posición. En Santa Marta, mucha gente sufre y padece una enfermedad llamada Unión Magdalena. Un equipo que no da alegrías, pero al que nunca se deja de apoyar, al que nunca se deja de ir a ver. Esta fecha parecía ser el día. Entrada gratis para todos. Y aun así, el equipo no pudo sumar de a tres.

Lo que se esperaba como una fiesta en este 2025, con un equipo que jugó y dominó el torneo de ascenso el año anterior, se ha convertido en una tragedia que no termina. Un equipo lleno de jugadores que no sienten la camiseta, que no rinden, y que fueron pedidos y armados por el entonces técnico más querido: Jorge Luis Pinto. Pinto fue el director de la orquesta que subió al equipo a la A, pero también es el responsable —junto a la mirada cómplice de su dueño— de haber armado un equipo desastroso.

Es política de Eduardo Dávila traer jugadores baratos y regalar siempre el primer torneo del año. Lo ha venido haciendo en este equipo que ya parece más un ascensor que una institución de fútbol. Sacar del equipo al argentino más samario del mundo, el motor del mediocampo Agostino Spina; echar al Pecoso Correa, quien era el cerrojo de la defensa; y barrer a jugadores de la casa como Andrés Carreño, Andrés Escobar, Lupín González… No aceptar a Toñito Hinojosa. Decisiones todas que reflejan un equipo sin directiva, sin técnico, sin jugadores… pero que sí tiene hinchada. Una hinchada que, aun en las malas, lo acompaña, aunque ya pasen más de 17 fechas sin conocer la victoria.

José Mercado, del Unión Magdalena, es hoy símbolo de la impotencia de un equipo lleno de cadáveres, jugadores sin sangre en las venas. Todos estaban advertidos de que los chirretes iban a hacer lo que hicieron en el estadio. Se volvió costumbre. Ya habían tardado mucho. Paciencia durante 17 fechas sin ganar. Ni en la peor campaña del "Pradita" Silva en 2022, cuando solo se sumaron once puntos, se vivió algo así. Jorge Luis Pinto subió al Unión a la A, y junto a Eduardo Dávila lo condenaron a volver a la B.

En este equipo no hay en quién confiar. La impotencia se refleja en la displicencia con que un pelado de 16 años, en su debut profesional, regala un balón que termina en gol. O en cómo José Mercado —quien hace unos años era considerado la mayor promesa del club— lanza un puño a un rival sin sentido, sin necesidad. Impotencia e irresponsabilidad combinadas, en un equipo lleno de fantasmas que deambulan por un cementerio, en un andar peligroso del que parece difícil salir.

Eduardo Dávila y su junta directiva son los responsables de regalar dos veces el torneo: primero, respaldando las malas decisiones de Jorge Luis Pinto; y después, trayendo a un técnico que ni siquiera puede dirigir desde la raya durante 12 fechas. Todo un torneo perdido sin sumar, condenando al equipo a buscar la épica en el segundo semestre del año. Algo impensable hace apenas unos meses, cuando todo era alegría.

La imagen del día será la de una señora en las gradas, llorando, frustrada, representando a toda una hinchada dolida. Una hinchada que ve cómo su equipo amado —el de los colores más hermosos del fútbol colombiano— va camino de nuevo al infierno, ese del que es tan difícil salir.



sábado, mayo 03, 2025

La espada de Bolivar

Los dictadores y quienes se aferran al poder siempre buscan un enemigo a quien atacar. Pero también se agarran de un símbolo para darle a sus seguidores una razón para seguirlos. En el caso de Petro, su enemigo es la oligarquía colombiana. Como buen líder de izquierda, sabe que el mejor combustible político es echarle el pueblo encima a quienes han hecho riqueza. Pambelé sabía que había más pobres que ricos, y Petro también. Lo impresionante es cómo mueve a las masas con un lenguaje vulgar , excremental y emocional. Porque si de hablar se trata, Petro es brillante. Lástima que como ejecutor y administrador sea todo lo contrario. Siempre evadiendo respuestas a preguntas incomodas con un discurso verborreico.

Para Gustavo Petro, al igual que lo fue para Hugo Chávez, mostrar la espada de Bolívar no es un acto simbólico cualquiera: es una señal de guerra, de lucha hasta el final. Es decirle al país que llegó al poder para quedarse. Y si tienen dudas, solo es mirar Venezuela como empezó todo.

La Constitución de 1991 dejó claro que Colombia es un Estado Social de Derecho con separación de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Hoy, el Ejecutivo está en manos del primer gobierno de izquierda, liderado por Petro. El Legislativo está conformado por fuerzas políticas diversas, y el Judicial, encargado de que se cumpla la ley. Pero aquí viene el problema: algunos gobiernos, incluido el actual, quieren que el Congreso funcione como una notaría, firmando lo que se les ponga en frente. Para eso reparten puestos, contratos, y claro, corrupción. Mermelada, le dicen.

Cuando el Congreso no se deja comprar o simplemente no aprueba lo que el gobierno quiere, entonces es “traidor al pueblo”. Eso le está pasando a Petro. Ni con Benedetti ha logrado mover el Senado como lo hizo con la Cámara.  ¿Y qué hace? Le suelta el pueblo a los congresistas, los insulta, los llama “HP” si no votan sus reformas. Les dice a los ciudadanos que pidan lo que no tienen, aunque no haya con qué darlo. Porque, claro, ¿quién no quiere mejores condiciones laborales? Pero las leyes no se hacen con deseos. Se hacen con números. Todos queremos mejores condiciones, pero no a costa de quebrar al pequeño y mediano empresario. Y eso es lo que Petro —alias “Aureliano” en su época de guerrillero— no entiende ni le importa. Su discurso suena bonito, pero está lleno de vacíos legales, económicos y de realidad.

Hoy, solo en el poder, Petro se abraza a la espada de Bolívar como si con eso pudiera convencernos de que su causa es la del Libertador. Lo mismo decía Chávez en Venezuela... hasta que la hundió. Petro ya no está con los mismos aliados. Hoy lo acompañan Benedetti y una versión criolla de Delcy Rodríguez.  El 1 de mayo empuñó la espada y dijo: “No tengo más que un corazón para amarlos y una espada para defenderlos”. Palabras rimbombantes para justificar el fracaso. Y sí, cada vez se parece más a Chávez, ese que dejó en ruinas a su país y puso a un chofer de metro como presidente. Petro, si sigue así, nos dejará a un escritor de narconovelas como sucesor y un país hecho trizas, con su falsa “paz total” y tres años de desgobierno. Ojalá esto termine pronto, y no en manos de los extremos que tanto daño le han hecho a Colombia. No mas extrema derecha ni mucho menos la extrema izquierda.

La democracia cuesta… y el poder también

En el debate sobre la consulta popular propuesta por el presidente Petro, se presentaron hechos y discursos que parecen sacados del libreto ...