Todos los caminos conducen a
Roma, es la vieja frase cuando se sabe a dónde se va a llegar. Álvaro Uribe Vélez,
fue la persona más poderosa de Colombia durante muchos años, tiene un esquema
de seguridad que incluye más de 200 escoltas y quien coloca presidentes aun en
la actualidad. Uribe fue presidente durante 8 años, acumulando gran poder con
frases célebres como la de los 3 huevitos, la seguridad democrática y el famoso
trabajar, trabajar y trabajar. Muchos de sus funcionarios terminaron presos o
investigados, muchos cayeron en desgracia en el afán de protegerlo, se
inmolaron y siempre Uribe salió adelante en todas las investigaciones que tuvo
ante la comisión de acusaciones de la Cámara de representantes. Hasta que le
llegó el turno de ser investigado por la corte suprema de justicia, y ahí,
Uribe cambió su frase por dilatar, dilatar y dilatar.
En este país el mejor abogado
para quienes tienen todas las pruebas en su contra, se llama vencimiento de términos,
y a eso le apunta Álvaro Uribe en su juicio. En su calidad de expresidente
siendo el primero en llegar al banquillo de los acusados, aun cuando intentó
toda clase de maniobras para evitarlo, desde renunciar al congreso cuando era
senador, tener un fiscal de bolsillo que parecía parte de su defensa y quien
intentó a toda costa que el proceso se cayera en los juzgados, hasta la última
jugadita que consiste en recusar, no asistir, tutelar y dilatar y dilatar,
hasta que el proceso prescriba.
Uribe, fue el que comenzó este
proceso cuando el mismo denuncio a Iván Cepeda por compra de testigos, y en ese
momento la investigación de la corte suprema de justicia descubrió que, si
alguien había comprado testigos era el mismo Uribe Vélez, con la ayuda de su
aboganster y del hoy magistrado del consejo nacional electoral, Álvaro Hernán
Prada.
El abogado de Uribe, el famoso
Jaime Granados argumenta que la jueza ha demostrado falta de imparcialidad y
que su comportamiento ha afectado las garantías procesales de Uribe. “Se
perciben razones, motivos que permiten establecer que la imparcialidad de la
señora jueza que preside este juicio se encuentra seriamente comprometida”,
aseguró Granados en la audiencia. Cosa que no dijo cuándo el entonces fiscal
Jaimes pedía y actuaba como compañero de fórmula de los defensores de Uribe.
Uribe entiende que la mejor forma
de que nada le pase es precisamente que no se dé el juicio, ya ve muy
arriesgado con todas las pruebas y referencias que se han hecho en diferentes
instancias, Uribe sabe que todos los caminos conducen a Roma y que Roma es Alvaro Uribe en este juicio. En todas las instancias donde se ha ventilado el caso, las pruebas son
contundentes y cada vez se hunde más. Por eso apela al mejor juez que puede
tener, y es que no haya juicio. Que el tiempo haga que se olvide que el hombre más
poderoso del país, el de los 300 escoltas, el de la seguridad democrática, el hombre
que le hizo ver a los colombianos que le estaba ganando la guerra a las FARC,
cuando en realidad asesinaba con las FFMM a campesinos que fueron reclutados
bajo la promesa de un trabajo y que luego aparecen con las botas al revés.
Uribe recurre al tiempo, y a su nueva frase favorita, dilatar, dilatar y
dilatar.
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