Era cuestión de tiempo y Petro
papá lo sabía, cada presidente cuenta con su fiscal de bolsillo desde que Álvaro
Uribe Vélez rompió con su reelección el equilibrio de poderes. Petrico, o sea,
Nicolas, había confesado todo lo que había hecho con los dineros recogidos con
su entonces pareja, Daysuris del Carmen. Petrico quedó grabado en donde
confesaba como logró darse la gran vida con dineros poco santos, recogidos en
nombre del cambio y de la Colombia humana en la costa. Hasta ese momento, no había
duda de que Nicolas un diputado gracias al nombre de su papá, había cometido
varios delitos y los había confesado, no quería saber nada de su papá quien lo
negaba en una entrevista y todo quedaba en manos de un fiscal apellido Barbosa,
opositor de Petro quien tenía las horas contadas en la fiscalía.
El punto de inflexión en la
deteriorada relación de gustavo con Nicolas llegó con el nacimiento del nieto
de Petro, ahí, el presidente volvió a la casa de Nicolas y presuntamente le prometía
perdón y olvido con la nueva fiscalía, cuando con más de 6 meses de
anticipación lanzaba la terna integrada por tres mujeres. Todas de la plena
confianza del presidente de la república, todo igual como lo han hecho los
presidentes del país siempre, total, todo cambio es igual a cambiar para que
todo siga igual.
La lavada de cara no tardaría
en llegar, la fiscal apellido Camargo decidió quitar el proceso al fiscal
encargado y remitirlo a reparto, eliminar el grupo especial en la fiscalía que tenía
todo el proceso avanzado y que tiene a Petrico (Nicolas) llamado a juicio por
todo lo que confesó y que hoy niega, apoyado de un gobierno poderoso que
utiliza la mermelada y los puestos como lo hacen los gobiernos de antes.
Lavadas de cara hacen todos los
gobiernos, y más cuando en el poder está un amigo, en la fiscalía de Barbosa,
el vida sabrosa, se intentó tres veces precluir la investigación a Álvaro Uribe
por compra y soborno a testigos, siempre la justicia le dijo que no al fiscal
que Barbosa delegó. Y claro, cuando llego la fiscal de Petro esta le puso el
acelerador para que se definiera prontamente el caso del expresidente y gran colombiano,
el mismo que se creyó el más poderoso y dueño del país cuando tuvo la
popularidad por encima del 80%, ni en esas épocas fui uribista, ni en ese
entonces, ni ahora.
Siempre se ha dicho que el
poder lo domina quien lo tenga y esa ventaja no se puede perder, por eso Uribe Vélez,
luego de tener dos periodos presidenciales, armar un cielo en la tierra y ser
el dueño de este platanal buscó su tercer periodo como presidente, quería
seguir vitaliciamente en la presidencia, tal como lo hizo Chávez en Venezuela,
como lo hace Maduro ahora, Bukele en El Salvador y como lo hace Ortega en
Nicaragua. Siempre las tiranías serán malas, siempre el tirano muestra el
manual, Petro, y otros tantos de izquierda en este país lo saben, cuesta mucho
llegar al poder como para abandonarlo de forma sencilla. Antes, es mejor
lavarse la cara con un fiscal amigo, o como lo hacen en ciudades pequeñas del país
en donde tienen fiscales y jueces en un Excel para así continuar con el poder y
aislarse de los procesos judiciales que puedan enfrentar. Petro lo entendió y así
se lo manifestó a petrico, lo malo es que sigan hablando de cambio cuando son
igual o peor que los de antes.
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