Viajar
de Barranquilla a Santa Marta se ha convertido en una lotería en la cual
podemos caer en cualquier momento presas de los habitantes del corregimiento de
Tasajeras, Pueblo viejo. Estos personajes cada vez que tienen problemas con los
servicios básicos como Energía y agua, salen a bloquear la mencionada vía, con
tan mala suerte que un viaje de 2 horas puede convertirse en un suplicio de 4 o
5 horas dependiendo del ánimo de los bloqueantes.
En menos de 52 kilómetros
existen dos peajes de la carretera concesionada a un privado, la suma de estas
dos casetas es de $28.600, en la misma vía en medio de la nada tenemos 3 cámaras
de velocidad para multar a quienes excedan la velocidad de 80 kms por hora. Sin
embargo, el martirio comienza en el sector denominado Tasajera, en ese punto de
miseria y mucho rencor con la sociedad, viven personas que cada vez que tienen
un problema con la energía eléctrica o con el agua que les regala la
gobernación, la emprenden con los viajeros que pasen en el momento por la
mencionada carretera.
El problema no es nuevo, es un
problema de antes y de ahora. Un sector deprimido y más parecido al infierno
por el olvido al que siempre ha estado sometido, un paisaje nada agradable para
quienes pasan por ahí, una carretera en la mitad de un pueblo que era de
pescadores y que ha crecido en medio de un resentimiento social por ver como
camionetas de gama alta pasan diariamente mientras muchos de sus habitantes no
tienen para comer. Y en medio de ese resentimiento, han salido ahora los
retenes o peajes ilegales, en donde encapuchados con piedra en mano y cuchillos
piden a los conductores desprevenidos que les paguen cinco mil pesos o no
pasan. Todo esto al oído de las autoridades que poco o nada hacen para
evitarlo, y parece que solo cuando ocurra una tragedia tendrá el foco que se
merece. Desde la gobernación naranja del Magdalena no hacen nada, y eso que
criticaron mucho a los de antes, pero resulta que los de ahora son peores.
El turismo en Santa Marta se ve
afectado, muchas personas que deben viajar desde Barranquilla y pasar por la
mencionada zona se abstienen. Tasajera es una zona deprimida, una zona
donde impera la ley del hampa, la ley de los dueños de la carretera que terminan
siendo quienes ya como delincuentes colocan un tercer peaje entre Barranquilla
y Ciénaga, algo insólito pero real. Algo que pasa frente a las narices de todas
las autoridades, de un problema social que explota incluso luego de la tragedia
de tasajera en la que fallecieron 52 personas que robaban combustible a un camión
volcado.
Lo mismo se ha vuelto paisaje en la carretera Cienaga-Bosconia, en donde desde vendedores de tintos son capaces de parar el trafico por 5 horas sin que pase nada, la competitividad del departamento del Magdalena detenida por 5 mil pesos.
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