La
pelea está caliente con dos ramas del poder en Colombia enfrentadas. En una
esquina el fiscal general de la nación, amigo íntimo de Iván Duque y que ha
hecho de la Fiscalía una verdadera apología al uribismo y en otra esquina el
presidente de la república, Gustavo Petro, el mesías de muchos así como lo es Uribe
para otros. Son dos poderosos que no se dejan mandar el uno del otro, y que en
medio de su discusión se llevan por delante las instituciones del país.
La razón de la última
discusión, va de la mano de la política de Petro de paz total, política con la
que pretende darle manejo a los bandidos y criminales del clan del golfo
disidencias de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz y que gracias a
Petro han tomado mucha fuerza y a las negociaciones que lleva con el ELN,
organización terrorista que no muestra verdadera voluntad de paz, por más que
su amigo Petro les está dando todas las garantías, como lo hizo Pastrana el
fallido proceso del Caguán con las FARC.
En medio de esa discusión,
Petro, que anda de gira por España(Ya son 8 viajes en menos de 9 meses, tanto
que criticó al viajero Duque) , lanza la siguiente frase. “El fiscal
olvida una cosa: que la Constitución le ordena, yo soy el jefe de Estado. Por
lo tanto, soy el jefe de él". Algo que ni siquiera los siempre gobernantes
de derecha que no se cansaron de poner fiscales de bolsillo habían dicho.
Aunque todos supiéramos que las ordenes llegaban desde la casa de Nariño en épocas
del fiscal camilo Osorio con Uribe en el poder, nunca a Uribe se le ocurrió
decir que era el jefe de Osorio, aunque quiso clonarlo.
Por el contrario Petro, al
estilo de los dictadores, se autodenomina el jefe del fiscal, pareciera que
nunca asistió a la clase de constitución en 5to de primaria en donde enseñan
las ramas del poder que componen la organización del estado, y que una de ellas
es la rama judicial a la que el señor fiscal general de la nación pertenece. Y quizás
con el que no esté de acuerdo en muchas cosas, pero si estoy claro que la
independencia de poderes garantiza una democracia valida.
Petro como todos los
gobernantes de izquierda, siempre en sueño mesiánico y dictatorial, como lo han
hecho los Castro en Cuba, Chávez en Venezuela y en menor escala y hasta donde
ha podido Caicedo en el Magdalena, siempre interpreta la ley a su
acomodo.
Gustavo Petro parece que
estuviera borracho de poder, más con tanto seguidor ciego y sordo, que solo
escuchan y leen lo que por los grupos de WhatsApp Petristas reenvían. Este
fiscal no es el mejor fiscal que este país ha tenido, se ha dedicado a encubrir
a Uribe y manejar procesos como le parece, pero no puede decir Petro que es el
jefe de otra rama del poder, porque eso no es cierto, por más que le duela, le
arda que no le cumplan los caprichos de su paz total. A Barbosa le queda un poco menos de un año, quizas las peleas seguiran, yo creo que a la democracia y al estado le conviene que una rama sea contrapeso de la otra. Al menos el país no ira por un despeñadero con las ideas locas del gobernante de turno.
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