Colombia ha vivido más de 60 años de guerras internas, la verdad es que
cuando más cerca estuvimos de la paz al finalizar el proceso de paz, la derecha
de este país se interpuso con una oposición mentirosa y recalcitrante. Eso ya
hace 7 años y aun nosotros los de a pie, pagamos las consecuencias. En
medio de esas discusiones lograron llevar a Iván Duque a presidente, Juan
Manuel Santos revivió a dos cadáveres que estaban muy enterrados, Álvaro Uribe
y Andrés Pastrana, quienes, con su férrea oposición al proceso de paz, con
mentiras y otras vainas, asomaron nuevamente en el escenario político.
Sin embargo, en la otra orilla cuando Duque fue presidente, apareció la
misma forma de oposición, a cada decisión o acción de Duque esta oposición en
cabeza de quien había perdido las elecciones frente a Duque, le hace las recriminaciones
del caso. La diferencia quizás con lo que había hecho el uribismo con Santos,
es que muchas de las cosas que criticaba la entonces oposición eran verdad y
muchas nos hacían pensar con las vísceras ante tanto despilfarro y desgobierno.
Petro llamaba al pueblo a las calles, y se hacía líder de un descontento en
general por tener a un imbécil de presidente llamado Iván Duque.
Hoy, Petro el que lideraba las protestas con jóvenes incluidos en una
especie de secta urbana llamada primera línea es el presidente del país y todo
lo que criticaba es exactamente lo que hace. Plantea reformas que le dan
poderes extraordinarios como en su momento las hacia Uribe, hoy parece amigo
del expresidente en pos de conseguir lo que él llama paz total, que más parece
impunidad total.
En Colombia también tenemos periodismo enfermo, el cual es un cáncer que
contribuye a que los otros dos tumores sigan esparciéndose. Se llama revisa
SEMANA, dirigido por la amarillista Vicky Dávila, retrata de forma jocosa y
sabrosa para el uribismo la debacle de lo que fue una revista ejemplar, hoy
convertida en un pasquín que celebraba el primer año de gobierno de Duque, con
la frase Año de aprendizaje y a Petro en 7 meses le dice que Colombia va mal.
Dos enfermedades en el país, el mismo Cáncer de la corrupción, de la mentira,
del engaño y del vivir sabroso quien tenga el poder. Una se llama a uribismo y
muchos la creíamos sanada, pero con la enfermedad llamada petrismo las dos
sobreviven a todas las medicinas que se puedan suministrar. Petro se va lanza
en ristre contra el proceso de paz de Santos en el año 2016, luego de haberlo
apoyado. Hace lo mismo que su némesis Uribe.
La pelea en redes sociales es ver como quienes criticaban a los de antes
hoy tragan lo que hacen los de ahora igual o peor, pero lo ven bien porque lo
hacen otros. Pasa lo mismo que en Santa Marta con una figura que es un showman
que ha sabido ganar poder con maquinarias de los de antes, contratos y mucho espectáculo
bailes con la palta del pueblo
Dos enfermedades que se justifican o callan de acuerdo con la conveniencia,
el problema de crear caudillos y figuras que se sienten todo poderosas. Creer
que cambiar el país de la mano de Roy barreras y Armando Benedetti es posible,
es ser muy ingenuo. El cambio debería empezar por la coherencia de estos
personajes, como el caso de la doctora Francia, que a todos nos dice de malas y
que vayamos a llorar porque ella seguirá paseando en su helicóptero, y que.
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