Haber vivido 13 años en el infierno de la
B no dejó enseñanzas a los dueños del Unión Magdalena, parece que lo único
importante es el dinero que la Dimayor gira juiciosamente para subsidiar a los
llamados socios fundadores del fútbol colombiano.
Los pecados del Unión Magdalena
empiezan desde el momento en que subió:
1. Dejar ir a John Montaño,
quien era la formula salvadora del equipo en los momentos que no se veían luces
de juego, el arma de la pelota parada se perdió, el equipo no encontró en lo
que va del año, un cobrador que ejecutara como lo hacía la zurda exquisita de
uno de los artífices del ascenso.
2. Si bien es cierto que
Jhonier Viveros pecó al mostrar las ganas de irse del equipo, específicamente
al América a final de la temporada anterior, al comienzo de este año pidió
volver, en el Unión Viveros es feliz y no lo sabía, esa picardía era la fórmula
de acompañamiento para el caballo Márquez. El equipo nunca encontró quien generara ese fútbol.
3. Los refuerzos que llegaron
este año al equipo, y más en este segundo semestre no llegaron a aportar, por
el contrario son jugadores que regalan gol por partido y no marcan la
diferencia en el arco rival, el unión se volvió un equipo descompensado en
ambas áreas, en propia puerta la defensa un mar de errores y en ataque no hay
quien le dé un balón a un goleador que se ahoga en su ansiedad.
4. Acordar con Harold Rivera su
partida, fue el último error de Méndez al frente del Unión, quizás presionado
por la prensa samaria, esa que cree que el Unión es un equipo grande, capaz de
pelear títulos, error más grande que aún no entendemos, el Unión es grande por
su hinchada pero no por su fútbol o sus títulos, y ahí en esa exigencia de
querer más de lo que podía dar, se cometen errores, como lo dijo el mismo
Rivera, quizás fue un error entrar en los 8 el semestre pasado. En la vida hay que ser agradecidos y en el Unión no lo fueron con Rivera.
5. Estar sin una cabeza visible
como lo era Eduardo Méndez, el presidente del equipo, quien se echó en el
hombro la responsabilidad y el reto de subir a un equipo perdedor a la primera categoría.
Ahora el unión naufraga entre responsabilidades compartidas con las que carecen
de un cabeza visible que asuma esa responsabilidad y le hable a los jugadores
como lo hacía Méndez en los momentos más difíciles.
6. Traer al equipo un director técnico
que tenía 3 años que no dirigía, y cuya referencia de ganador databa del año
2004, un técnico que al parecer tenía como mayor mérito ser amigo de Eduardo Dávila,
y ahí lo mantuvo hasta que se dio cuenta que el daño que hacia al equipo era más
grande que su amistad con el dueño.
7. El hecho de que ese técnico
no conociera a sus jugadores, a tal punto de iniciar jugando con 9 defensas y
de delantero utilizando a un jugador que no conoce la posición como lo es Jean
Carlos Blanco. En esos primeros partidos se regalaron puntos que hoy estamos
añorando.
8. Sin lugar a dudas la lápida
del equipo es el dueño, personaje que maneja a su antojo un equipo querido, y
que le importa cinco la afición del equipo, otro lunar este año, ha sido el
poco acompañamiento de la hinchada al estadio, así no se puede para un equipo
que durante años se hundió en el infierno y ahora que estaba en el olimpo no
llevó a la gente a acompañarlo.
Estos sin dudas y quizás otros más,
son los muchos pecados que tienen al Unión en la puerta de volver a la B, y eso
que Rivera lo dejo con una renta y a 4 puestos de los puestos de descenso, pero
con errores tras errores de todos los actores, el equipo está muy cerca de
volver a vivir en el infierno llamado la B.
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