Nuestra sociedad es sin lugar a dudas una
sociedad consumida por la violencia que azotó este país por más de 5 décadas, y
que apenas tratamos de salir de este cáncer que nos acababa como país,
sin embargo tantos hechos de violencia dejan vestigios de que algo ocurrió en
nuestro país, y que refleja lo enferma que esta con tanta violencia vivida.
Parte de esto se resume en lo ocurrido la semana pasada en la ciudad de Santa
Marta con el asesinato a sangre fría con piedra y cuchillo a un vigilante que
ofuscado por ser atracado por estos "chirretes" se dio a la
tarea de reclamarles y buscar justicia por su propia cuenta, esto lo hizo
quizás convencido de que en Colombia el bandido es muy audaz para la justicia
que nos rige.
Los bandidos en Colombia han
evolucionado tanto en sus técnicas de robo, asesinato y agresión que no nos
queda más a los Colombianos que temerles, buscamos la forma de entender como
este tipo de personas viven del otro, sabiendo que para ellos es más fácil
utilizar sus métodos de robo como fleteo, raponazo, robo a mano armada, saquear
apartamentos, la llamada millonaria, entre otros. Somos en Colombia expertos en
subirle el nivel a las tácticas y técnicas de robo, acá se tiene muy en cuenta
la sangre que nos colonizo en la época de la conquista española, todo lo que venía
era la escoria de España y eso aún nos pesa.
Es tanto el nivel de enfermedad
de nuestra sociedad que políticos afamados y que gozan de prestigio para
muchos, instigan la violencia para volver trizas los acuerdos de paz, otros
entendiendo que su bandera política es la guerra, tratan de acabar con los
vientos que soplan en donde los combates y muertes de soldados es parte de la
historia.
Se debe entender que cuando la
guerrilla estuvo en su mayor auge, haciendo de las suyas contra el pueblo, y en
mayor medida en contra de los que más tienen, estos entendieron y respondieron
el llamado creando a los paramilitares, y ahí vieron fuente de ingresos, un
medio político y de defensa para su causa, a tal punto de tomarse el 30% del congreso
en la época en la que el presidente era Álvaro Uribe Vélez, respaldando todos
sus proyecticos mientras no estuvieran en la cárcel, y luego fueron desechados
en el olvido cuando ya no les servía para más.
Esta sociedad en la que no se
encuentra respuesta en la justicia, porque hasta la dama ciega se encuentra
corrompida por sus altas cortes, y el fiscal que era anticorrupción resulto el
papa de los corruptos.
Volviendo a la realidad actual
y al canibalismo aplicado por quienes en medio de su traba, endemoniada
acabaron con la vida del celador y ahora resultaron siendo víctimas de la
droga, pero su enfermedad como sociedad no les hizo caer en cuenta que en esta época
de celulares con cámaras, todo queda retratado como quedaron retratados en su
modo operandis asesino, vil y cruel como lo fue la poca ayuda de una comunidad
sorda ante los actos reprochables que acaban con la vida de un ser humano de
una forma tan repugnante a cualquier ciudadano del común, pero que para nuestra
razón y entender no lo fue para los que estaban en vivo presenciando el horror
de la muerte, porque estaban muertos del miedo ante los chirretes que gobiernan
un barrio de Santa Marta con cuchillo y droga y hoy se hacen pasar por victimas
de una enferma sociedad.