El 16 de octubre de 2002 el
entonces presidente Álvaro Uribe Vélez comenzó a ejecutar la llamada operación Orión
en la comuna 13 de Medellín, Uribe decidió, de acuerdo con las palabras de los
habitantes de la comuna, realizar una alianza con los paramilitares de la época
para desterrar del territorio a las guerrillas del ELN y las FARC. De eso, han
pasado 21 años y las cicatrices siguen estando vigentes y aun duelen, aunque
gracias a los gobiernos de Juan Manuel Santos la comuna ha cambiado mucho y el
sector vive un auge turístico que muchos que lo visitan no comprenden.
Entender la historia de un
territorio que vivió la violencia y decidió salir adelante es un ejemplo para
un país incapaz de pasar la página de la violencia, y es que cuando creemos que
podemos superarlo, se escribe una nueva página con más dolor para las personas
que lo viven. No hemos sido capaces de vivir hacia adelante, siempre como
sociedad nos superamos en términos de violencia. Siempre, Colombia reinventa la
violencia, antes eran las FARC, hoy se llaman disidencias. Antes era las AUC,
hoy le llaman clan del golfo, al final siempre termina siendo lo mismo, un país
incapaz de superar la violencia que hemos vivido por más de medio siglo.
La operación Orión fue
concebida como parte de la política de seguridad democrática, en aquellas épocas
en la que todo lo que oliera a guerrilla debe ser erradicado a como diera
lugar, el remedio quizás peor que la enfermedad, como lo asume el 80% de
quienes vivieron durante tres días el asedio militar a su territorio, muchos no
entenderán jamás el dolor de perder un ser querido o de quedar expuestos ante
las balas que vienen desde helicópteros, como mencionan los habitantes de la época
en donde solo veían balas rojas de guía, o veían como un paramilitar le
señalaba al ejército donde atacar y entrar porque ahí olía a guerrilla.
La comuna 13 es el reflejo de
una sociedad que duele, una sociedad que no se repone de la violencia, del narcotráfico,
que aún sigue siendo un país que busca por medio de la cultura superar lo que
hemos sido como país durante más de 50 años. Hoy, la comuna es un foco de
turismo, es un orgullo para mostrar de Medellín, un lugar obligado a visitar
cuando llegamos a la bella ciudad de la eterna primavera, una ciudad hermosa y
querida, que acoge a sus visitantes con mucha amabilidad. Medellín es hermosa
como ciudad, es una ciudad querendona que ha sabido reponerse de tanto dolor
que ha sufrido por culpa de la violencia.
Orión, es la operación que
marcó un antes y después para muchas personas, es la cicatriz que dejó a muchas
madres y esposas sin sus hombres en la casa, es el reflejo de como el estado
debió intervenir, aunque como muchos en la comuna lo digan fallidamente, porque
fue peor el remedio que la enfermedad, una enfermedad llamada paramilitarismo
que se ha hecho fuerte gracias al narcotráfico, eso que Colombia exporta y
produce a montones y que nos mancha en donde visitamos.
Ese paramilitar que señalaba al ejercito donde intervenir, aun hoy se ve, se ve porque hay pueblos olvidados por el estado y sobre todo con este gobierno que tiene a las fuerzas armadas amarradas, hoy en Colombia se vive la violencia de hace 20 años, quizas a las espera de un nuevo Uribe que decida intervenir con una nueva Orión.
Si usted visita Medellín ,es obligatorio
recorrer la comuna 13 de la mano de un guía turístico, ese que le explique el porqué
de cada grafiti o cada lugar que se hace en el recorrido, ver la cultura del
rap y del dance en cada zona del sector nos hace ver como la sociedad se repone
de la violencia y puede salir adelante cuando se lo propone, los jóvenes de la
comuna le dijeron no a la violencia y si a la cultura, ese fue el paso que se
construyó y que hace hoy del sector un lugar obligado a visitar cuando llegue a
la hermosa ciudad de la eterna primavera, la bella Medellín.
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