Jaimito
el cartero vivía orgulloso de su pueblo olvidado y desconocido para muchos,
Tangamandapio. Jaimito, el personaje del chavo que logró hacer famoso a un
pueblo de 10500 habitantes en México con su frase "Allá en
Tangamandapio... Tangamandapio es mi pueblo natal. Un hermoso pueblito con
hermosos crepúsculos arrebolados...”. Un pueblo pequeño que se hizo grande con
una serie de televisión.
Barranquilla, es la ciudad que más
ha crecido en Colombia en los últimos años, es un polo de desarrollo que le
muestra al país una cara diferente con la inversión que ha llegado y con el
avance como ciudad en todas las líneas, a excepción de lo social en donde hay
brechas por llenar, sin embargo, sigue siendo un excelente vividero con una
oferta educativa de alta calidad, clínicas y red hospitalaria de las mejores
del país y con escenarios deportivos dignos de una verdadera ciudad grande.
Sin embargo, el lunar negro y
muy oscuro es el aeropuerto Ernesto Cortissoz, aeropuerto que inicio su
remodelación en el año 2015 con un contrato por más de 615.000 millones de
pesos y que 7 años después nos deja un aeropuerto digno del pueblo de Jaimito
el cartero, quizás sea casualidad que el alcalde de turno se llame Jaime para
hacer la comparación.
La remodelación del Cortissoz incluía:
• Repavimentación
total de la pista y las calles de rodaje.
• Actualización de los sistemas de
iluminación.
• Construcción de
vía perimetral, cerramiento, alumbrado y sistemas de seguridad.
• Remodelación del
terminal de pasajeros y ampliación de la zona internacional.
• Construcción de
la zona de abastecimiento de combustible.
• Renovación de
los equipos del terminal de pasajeros, puentes de abordaje, sistema de manejo
de equipajes y sistema de aire acondicionado en todas las áreas públicas.
• Ampliación de
los locales comerciales y adecuación de las áreas administrativas.
• Reforma del
edificio de bomberos.
• Reposición de
máquinas y vehículos del servicio de extinción de incendios y reposición de
equipos de seguridad de aviación civil.
• Implementación
del nuevo terminal y plataforma de carga.
• Adecuación de
planta de tratamiento de aguas residuales.
• Adecuación de
arroyos y canales de drenaje.
• Actualización en
la subestación eléctrica.
Sin embargo el aeropuerto ha quedado convertido en un nido de paredes falsas, tuberías a la vista, pasadizos secretos que llevan de un lado a otro, pocos counter, bandas de entrega de equipajes demasiado viejas y muy pocas, un aeropuerto digno del pueblo querido de Jaimito el cartero. Un aeropuerto que no está a la altura de la ciudad que ha marcado el desarrollo en los últimos años, pero que con esta terminal parece caer al tamaño de Tangamandapio.
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