El próximo 7 de Agosto, Iván Duque se suma a la lista de ex
presidentes de Colombia. Para esa fecha estará con 46 años recién cumplidos y a
la espera de cumplir los 50 años para recibir su mesada pensional de unos 34
millones de pesos más o menos. Su reemplazo encontrará un país dividido entre
los seguidores de Petro y los que tienen miedo a que este se tome el país.
Lo
que queda de estas elecciones o de esta campaña no es más que una andanada de
insultos, carencia de propuestas realistas y si muchas propuestas populistas,
falta de debate político porque uno de los candidatos se reúsa a ir a ellos, y destape todos los días de hechos y porquerías que hacen de un lado y otro, todo
un desastre este país. Las elecciones han quedado convertidas en una campaña de
desprestigio en la que se espera que gane el menos malo.
Hay
que votar y elegir por el que cada colombiano quiera, pero en este momento al
colombiano le han quedado muchas ganas de no votar, de abstenerse de elegir
entre la sífilis y la gonorrea, entre Petro y Rodolfo. Dos candidatos malos,
muy malos que se han dedicado a degradar el nivel de la política en un país
polarizado y cansado de la violencia, pero que sigue viviendo en ese lodazal.
No
importa que Petro haya juntado a muchos políticos cuestionados, para los
seguidores de PETRO, el hecho de que se hayan recibido en el pacto histórico es
motivo de perdón, así de esa forma, con Petro están desde el Cura Hoyos, Piedad
Córdoba, Armando Benedetti y Roy Barreras, estos últimos dos, sin ningún
problema judicial, pero con muchos cuestionamientos políticos. Fajardo, lo describe como un líder mesiánico y autoritario y con esas condiciones no se puede unir al país; la paz no se construye arrasando con el diferente. El respeto, el reconocimiento, la solidaridad y la empatía son condiciones necesarias que Petro no tiene.
No
importa que Rodolfo no tiene ni idea de gobernar al país, de que sus propuestas
sean muchas irrealizables, que tenga un proceso en juicio por corrupto cuando
habla de ser anticorrupción, no importa que Rodolfo diga que se limpia el culo
con la ley. No importa que el señor parezca un demente con sus salidas en falso
y su altanería y todo lo que queremos cambiar se haya juntado en su sombra, no
importa que sus propuestas sean las de un personero de colegio.
Con
este nivel tan bajo de candidatos, debate y propuestas, quedan muchas ganas de
no votar, ganas de que gane el que sea, igual el país seguirá siendo el mismo
gane quien gane, la diferencia es donde queda parado cada persona. Que gane el
menos malo, dos propuestas malas para el país pero fue lo que el pueblo en
democracia escogió el pasado 29 de mayo. Ahora solo queda cerrar los ojos y
pasar la cruz en cualquier lugar del tarjetón. Pero yo por loco no voto.
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