Estamos en la nueva
realidad, la nueva normalidad. Debemos asumir que el virus que nos tiene
encerrados, asustados y con el temor de perder seres queridos sigue ahí, y va
seguir por mucho tiempo. Más allá de que veamos noticias alentadoras acerca de
la construcción de una vacuna que ponga fin a la pandemia que nació en
China en Diciembre de 2019.
Esta nueva normalidad como le llaman muchos, debe ir acompañada de
las medidas de autocuidado de cada uno de nosotros, el gobierno no va hacer más
por cada uno, la economía tan golpeada y el encierro solo le han servido al subpresidente
para dos cosas: Gobernar a base de decretos mientras se da el tiempo de ganarse
el congreso con marrullas y mermelada porcina, y por otro lado subir su imagen
con un problema que tampoco fue capaz de unirnos como sociedad y país, en
Colombia seguimos lejos de ser un país cohesionado, nos puede más categorizar
en Uribistas y Guerrilleros. Yo me declare hace más de 18 años antiuribista por
convicción, pero jamás seria guerrillero y nunca he estado de acuerdo con las
Farc o el ELN, como nos hacen ver los políticos y el gobierno para seguir feriándose
un país que se ha acostumbrado a poner en las cifras más de 300 muertos y más
de 10 mil casos diarios.
Mas sectores económicos continúan abriéndose a esta nueva
normalidad, más se continúan sumando a lo que el mundo conoce. El problema en Colombia
es nuestra cultura social, no entendemos por las buenas que no se pueden
realizar visitas de amigos a beber un sábado o domingo, no entendemos que el
hecho de que se abra la ciudad no implica que la gente salga en manada a las
calles, se trata de recuperar vida económica, no social. Este país no está ni
estuvo preparado para una pandemia de este tipo, y las cifras aunque escandalosas
puede que no sean las reales.
Hoy, en muchos municipios pequeños del país, esos pueblos
olvidados se desata el horror, se esconde la gente y sale a buscar la
comida, pero a pedir mercados, salen a ganarse el día a día, y sus casos no
aparecen en las cifras oficiales que el Ministerio de Salud saca todos los días
a las 5 de la tarde. La sensación que nos vende el subpresidente a las 6 todos
los días es que las cosas van bien, nos hemos acostumbrado tanto al discurso de
la nueva normalidad que es normal contar 10 mil casos diarios, y no se meten en
esas cifras quienes no tienen acceso a una EPS o a una prueba, no se cuentan
aquellos pueblos en los que entre la toma de muestras y el resultado pueden
pasar 3 semanas.
Países serios, como Francia ha frenado la pandemia, países con
presidentes populistas como Estados Unidos y Brasil se han acostumbrado, países
como el nuestro lo ven como lo normal. Total el gobierno sabe que los muertos
los están poniendo los estratos pobres, justo donde el subpresidente y su
presidente eterno no son muy queridos.
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