La reciente muerte de un reguetonero y Youtuber, ha colocado la mirada del país en lo violento que somos como
sociedad, en lo enfermizo que resulta ser un país que ha vivido una guerra
interna de más de 50 años, y que no sabe superarla porque no entiende que el perdón
existe.
No podemos quejarnos de una
sociedad en la que sus máximos exponentes son personajes como Álvaro Uribe Vélez,
el pacificador de Antioquia, y con él personajes como Fernando Londoño, o
Felipe Mejía. Que daño tan grande han hecho estos personajes al pais. Somos un país violento, no podemos quejarnos de nuestro destino,
las vísceras nos gobiernan por encima de la razón.
Y somos violentos simplemente
por naturaleza y por venerar a un gran colombiano que nos escribe por su
Twitter que existen los buenos muertos, y que le dice a la mechuda que le va
dar en la cara marica, que se alegra por la muerte de quienes hacen daño y queremos
verlos con una bala en la cabeza, ese pensamiento paramilitar lo tiene el
colombiano, sabe que es más fácil usar los odios en contra de quienes nos hacen
daño, y ahí en ese momento nos olvidamos de paz, porque es más fácil dar plomo
y bala que conciliar.
Somos violentos, y justo cuando
la violencia que viven ciudades como Medellín tocan a un desprevenido famoso,
salimos a llorar y a preguntarnos porque?, porque en la ciudad del gran
colombiano, terreno inquebrantable que ha vivido con el estigma de Pablo
Escobar, estigma que rechazamos muchos, pero que no se dejan ayudar cuando un
señor de la tercera edad sale a gritarle a un joven que o se quita la camisa o
lo pelamos, con el mejor lenguaje paramilitar de la época de Carlos
Castaño o Salvatore Mancuso, esa época en la que abundaban los carros llamados
la última lagrima en los pueblos de la costa caribe, en esa que desaparecían
muchachos y luego sus cuerpos flotaban en el viejo Rio Magdalena. O que decir
del energúmeno que gritaba que plomo es lo que iban a llevar, que cero negociaciones.
Somos violentos, nuestra sociedad está perdida como las balas que disparan
quienes ven en esta su refugio o su escudo.
Lo mismo que hemos vivido en años atrás, niños asesinados por asesinar a sus padres, ladrones que matan con sevicia, y para un país que vive en sus periódicos y noticieros asesinatos, secuestros y mas, ya no resulta noticia. O acaso ya olvidamos como nos escandalizamos cuando en Santa Marta a plena luz del dia, una turba de chirretes asesinaba con piedras y palo a un celador que reclamaba un robo que le habían hecho.
Lo mismo que hemos vivido en años atrás, niños asesinados por asesinar a sus padres, ladrones que matan con sevicia, y para un país que vive en sus periódicos y noticieros asesinatos, secuestros y mas, ya no resulta noticia. O acaso ya olvidamos como nos escandalizamos cuando en Santa Marta a plena luz del dia, una turba de chirretes asesinaba con piedras y palo a un celador que reclamaba un robo que le habían hecho.
No imagino un país armado, así
como lo sueñan en las huestes de Uribe. Nuestra cultura nos da para ser una
perdida sociedad, en medio de un país que se pregunta porque? porque?, porque
somos violentos, pero sobre todo porque no lo aceptamos y solo lloramos cuando
la bala toca alguien conocido o famoso, de resto no importa. Somos unas
sociedad con doble moral, una sociedad perdida como las balas que asesinan a
inocentes en el país del dueño del cojon de oro.
Perlas:
- Duque y Uribe han puesto en marcha su sueño para seguir en el poder, continuar con un enemigo que el país deteste para subir la imagen de quien no tiene mas rumbo que no ser Venezuela...
- Una enferma sociedad en la que vivimos, ver como una madre se suicida con su pequeño hijo de 10 años, nos debería dejar pensar que estamos haciendo como país para ver este tipo de actos.
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