En el año 1993 se inició una época dorada
para el cine Colombiano, ese año se estrenó la cinta del director Sergio
Cabrera llamada "La estrategia del caracol", película en donde se narraba la
historia de cómo un grupo de inquilinos de una casa en el centro de Bogotá habían
saqueado la casa minuciosamente cuando fueron desalojados, esa estrategia poco
ortodoxa y utilizada les valió dejar la casa completamente en ruinas y salir victoriosos.
En Colombia, el cine y la
realidad no se separan mucho. Para nuestros políticos armar estrategias que les
permitan seguir en el poder, evadir la justicia y seguir mandando son el pan de
cada día.
Si la justicia favorece sus
intereses es una justicia divina y buena, pero cuando la misma justicia opera
con celeridad y condena a los criminales, y estos son amigos del político
mencionado, la justicia comienza a convertirse en una justicia amañada y
perseguidora, y ahí es donde se busca desacreditar a los magistrados que actúan en
derecho para conocer la verdad, y que a diferencia de gobiernos anteriores en
los cuales se interceptaba ilegalmente, contando con salas de inteligencia al
servicio del crimen, la justicia actúa acorde a las normas y leyes.
Esta semana el senador Uribe,
quien fue llamado a indagatoria por la corte suprema de justicia, hizo dos jugadas
maestras dignas de su inteligencia y los asesores que lo rodean, solo un tipo
con su carácter, y sus mañas es capaz de pasar de moralmente impedido a ser un
hombre de honor para no renunciar al senado, justo cuando encontró con sus
asesores cuál sería su estrategia del caracol para seguir manejando a sus títeres
en el congreso.
Han armado en el mal llamado
centro democrático un ejército de congresistas superfluos que dominan y manejan el discurso
del odio, ese que llama presidente a quien hace 8 años no lo es, y que se
encarga de gritar en la plenaria. Es ese mismo ejército que cuenta con
personajes que son capaces de cargarle el maletín y la sombrilla al senador
dueño del partido, quien se ha vuelto especie de un semidiós para estos
personajes, a tal punto de veneración y adoración que raya en lo ridículo con
cuadros del sagrado corazón con la imagen de Uribe.
Esa estrategia en la cual citan
a un debate al gobierno para hablar de falsos testigos y termina siendo un
completo show contra un senador, esa misma estrategia en la cual hablan de
criminales que son buenos muertos cuando sus testimonios no les convienen, pero
que si dan testimonio en contra de sus enemigos son buenos testigos.
Este es el país que nos tocó
vivir, un país dominado por el dueño de una finca que tiene muchos caballos en
el congreso y con capataz propio dirigiendo el senado, y eso que apenas tenemos
dos semanas de legislatura y ya mostraron lo que serán los próximos cuatro años
de Duque en la presidencia, ese muchacho simpático que se ganó el afecto de
aquellos que lo veían con Luis Carlos Vélez haciendo el Rock Challenge o que el
señor Hassan hacia concursar para averiguar la talla de los crocs de Uribe, esa
es la talla de los debates que son capaces de dar. Siempre que la justicia no
les convenga, utilizaran la vieja estrategia de atacar a la institución, a ver
si todos somos iguales, entonces no hay delito que juzgar.
Ojala entiendan los millones de
Uribistas que nadie está por encima de la ley y la justicia, y que no se
presten para el juego de saquear lo poco que queda de ella en este país del
doctor Uribe.
- Santa Marta ciudad dos veces santa, sigues sin estadio terminado... Que paso con la platica, averigüelo Polo.
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