miércoles, julio 11, 2018

Los años dorados del pesimismo


En Colombia suele ser mejor estar del lado opositor que del lado que construye, total es más fácil destruir que construir y más sobre cosas que generan urticaria, odio y rencor. A eso le apostaron en el llamado centro democrático durante 8 años, a generar miedo, zozobra y a destruir la imagen del gobierno, y Santos como presidente solo se dedicó a realizar lo que creía correcto a su modo de ver y entender, quizás muchas de sus obras y acciones podamos tomarlas como buenas y otras como malas, pero lo que si tengo seguro es que este gobierno permitió el avance del país, y entrega a su sucesor, precisamente del partido que hizo una oposición acida, mentirosa y asquerosa, un país mejor.
El solo hecho de acabar con un conflicto que no nos permitía ver como se roban la plata de la alimentación infantil, o como nos engañan los políticos de siempre para feriarse la burocracia en los órganos estatales, total decimos que siempre ha sido así.

Fueron años de duro pesimismo y la sensación que se generaba en la sociedad colombiana, muchos hablando de como este país estaba vuelto mierda literalmente, o como no despegaba, algunos otros hablaban de que Santos había entregado a las FARC a Colombia, y que el castrochavismo nos gobernaría. Años duros en los que muy disciplinados en la extrema derecha se dedicaron a sabotear el proceso de paz, encontraron el motivo perfecto para vender miedos y hacernos comprar seguridad, total entendían que lo mejor era crear un caos para luego darse como la solución.
Sin embargo esa percepción de caos y de locura total en el país, muchos no la percibíamos, sobre todo aquellos que estamos en la llamada clase media de la sociedad, donde solo veíamos construcciones de más y más casas, construcción de nuevos centros comerciales, nuevos y viejos llenos a reventar los fines de semana y claro, el empleo en algunos sectores de la economía con escases de profesionales, tanto que se dan el lujo de cambiar de empleo en cualquier momento, sin importar mayor cosa.

Que guayabo tan bravo nos queda a aquellos que entendíamos que lo mejor para el país era no seguir con la polarización tan marcada y mentirosa creada por el llamado centro democrático, esa que le hizo pensar a muchos que debían escogerlos para no ser como Venezuela, país del que ya los medios no dicen nada. Guayabo por saber que si Sergio Fajardo pasaba a segunda vuelta quizás este país tendría un mejor rumbo con la educación. Ver escenas del presidente electo al llegar al palacio del Rey de España y al saludarlo, sin ruborizarse lo primero que dice es que saludos le manda su jefe y el otro jefe, los dos expresidentes que dejaron este país vuelto mierda en cifras y no en percepción, esa percepción que nos vendieron por Twitter donde el que le controvierte a Uribe termina bloqueado. Fácil hacer oposición así, más en un país que vive de los odios viscerales y que sabe que el fútbol o los reality lo arreglan todo, nos hacen olvidar por momentos de los años dorados que vivimos en medio del pesimismo, pero del que estoy seguro que muchos extrañaremos, más cuando en muchas zonas del país los paramilitares comienzan a recordar el poder que pueden tener con un gobierno amigo, total en algún momento tuvimos el 40% del congreso puesto por estos actores armados, eran otras épocas doradas, épocas en las que muchos seguramente y en palabras del presidente no estarían recogiendo café.

Perlas:
  • Seguimos esperando que el alcalde de Santa Marta cumpla su palabra, parece que de eso no tiene. El estadio sigue sin terminarse, con tantas fechas pospuestas queda solo como el pastorcito mentiroso y sigue alimentando a su verdadera oposición a que muestre al país las obras inconclusas.
  • Que dirán aquellos que criticaban tanto las privatizaciones del actual gobierno y ver ahora como los llamados gremios que apoyaron a Duque, porque le temían a que muchos órganos estatales y privados terminaran en malas manos, proponen vender Ecopetrol, la joya de la corona de un país que no sabe ni quien los dirige.


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