Hace aproximadamente 3 años, y para esta
misma época en aquel entonces el candidato presidente ofrecía, prometia y entregaba sin
concesión alguna muchas mentiras que hoy no puede cumplir, en aquella campaña
el Presidente hablaba de ser el país mejor educado de Latinoamérica, o de una
paz completa, de menos impuestos, de acabar con la corrupción y otras tantas
promesas que como buen político colombiano no ha podido cumplir. Y no ha podido
cumplir, simplemente porque el presidente les queda mal a todos.
Era impensable en aquel
entonces que el gobierno de un presidente ungido por el uribismo en el año 2010
y quien le quedo mal a su mentor cuando decidió hacer la paz con la guerrilla
de las FARC, pudiese poner de acuerdo al centro, algunos sectores de derecha y
a la izquierda colombiana en que el mal menor era que Santos continuara 4 años más
en la casa de Nariño, muchos entendíamos en su momento que no podíamos permitir
que Uribe volviera a gobernar y menos en cuerpo ajeno, decidimos entonces
escoger entre el Cáncer y el SIDA, y así Santos con el apoyo del liberalismo,
algunos sectores del partido conservador, las centrales obreras, y los
maestros logró derrocar a Uribe con su candidato Zuluaga, y no precisamente por
su carisma o su popularidad, lo hizo por el sentimiento que se generó en el
país de lo cerca que estaba la anhelada paz.
Hoy y cuando ya logró su
cometido personal que era lograr el premio Nobel de paz, el presidente le da la
espalda a los sectores que más necesitan de esa plata que prometió ahorrarse
con la firma de la paz, esos 28 billones de pesos que se ufanaba de nombrar
cuando decía que ese era el gran propósito, prometía que la educación sería una
prioridad al igual que otros tantos problemas de nuestro país, que realmente no
tienen solución y menos con un presidente con sus orígenes y antecedentes
políticos. Hoy más que nunca entendemos el nivel de popularidad del
presidente, lo supera la popularidad de Epa Colombia, a quien le hizo famosa en
un partido de la selección Colombia, pero sobre todo entendemos cómo se puede
caer tan bajo, por un lado otorgando concesiones y gastos en el postconflicto,
y por otro lado dándole la espalda a los educadores que tanto se esfuerzan por
que este país no termine con más personas como María Fernanda Cabal.
Como pretende el presidente que
en su política educativa, se ofrezca la jornada única educativa para los
estudiantes sin las condiciones mínimas necesarias para prestarlas, se ven
colegios oficiales en los que la infraestructura no es la adecuada, niños con
alimentos en estado reprochable y algunos sin el almuerzo que requieren por el
hecho de estar hasta las 3 o 4 de la tardes en ciertos colegios. A los
maestros, que están en un rango salarial de 1 a 3.4 millones, salario más alto
que logran luego de tener que estudiar por su propia cuenta durante más de 25
años, para por fin lograr lo que llamaban el premio mayor o grado 14.
Sabemos que pensar de este
gobierno, es claro y no menos casualidad el porqué de su nivel de aprobación,
por un lado tiene a un huérfano de poder como Álvaro Uribe, quien se queja del
trato del presidente actual, olvidándose que él hace todo lo que criticaba como
hablar mal de Colombia por fuera, o el hecho de que nunca se acordó de los
maestros, por eso tal vez no se pronuncie acerca del paro, porque en su corazón
grande quisiera decir que los maestros deben acabar con el paro y volver a
clases, pero esto lo acercaría en postura con su gran enemigo político actual,
y esto en un tipo de la calaña de Uribe no se lo puede permitir. Y por otro
lado están las clases sociales menos favorecidas, quienes no entienden o no terminan de entender eso de la paz.
Yo apoyo a mi profe, y lo hago
con convicción, con la misma que me permite él ser hijo de una educadora y por
ser parte viva de la formación de las instituciones educativas oficiales, en épocas
más precarias que las actuales, pero seguramente con mayor nivel educativo por
la responsabilidad que existía en el modelo y en el proceso de formación hogar-colegio, y no como ahora que todo se le endilga a una institución, olvidando
los valores que se imparten en el hogar.
Por eso no es raro entender que
Santos sea quien le quede mal a todos, hasta a la misma guerrilla con la que
demoró 6 años pactando algo que no ha podido cumplir en las zonas veredales en
donde también parece que la plata se convirtiera en minas de corrupción y de
mala planificación.
Perlas:
- Para un país como el nuestro, un candidato a la medida como Ordoñez. Dice que ama a la familia, si, ama a la suya, dice que es el candidato anti status, es el candidato de la misma corrupción con la que compró su reelección en la procuraduria, a la que se amarró hasta que más no pudo.
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