domingo, octubre 02, 2016

Nos puede más el odio que la esperanza

Este domingo al conocerse los resultados del plebiscito, mi hija de 8 años me pregunta porque no gano la paz , me dice que porque elegimos la guerra. No tengo cara para explicarle. No tengo mente para entender a nuestro país, veo que nos dejamos llevar por los discursos de la demagogia, esos que nos convencieron de que íbamos camino a ser una nueva Venezuela, o que el castrochavista de santos nos estaba imponiendo una ideología de género con los bandidos de las FARC. A eso le jugamos, muchos entendieron y copiaron el discurso de que para una paz se debe enviar a la cárcel a los jefes guerrilleros, yo no he visto proceso de paz en el mundo en el que eso haya ocurrido. Sinceramente no entiendo que la gente no entienda que La Paz se hace con los enemigos, y que para mí el enemigo es el malo y yo soy el bueno, pero en el caso de mi enemigo es lo contrario. Muy similar al discurso que manejaron desde la oposición, diciendo que votar no era votar por un si, sabiendo incluso que este acuerdo tal como está su líder el senador Uribe lo hubiese firmado con los ojos cerrados, así como hablaba y se tomaba los medios de comunicación para lograr que las FARClo escucharan y pasar a la historia como el que cerró los acuerdos.
Solo puedo entender que la gente que ha vivido el horror de la guerra en carne propia se atreve a perdonar más que aquel que solo la ha visto por RCN. 
Hoy los colombianos se han pronunciado acerca del fin del conflicto, el fin de la guerra que Uribe dice que no existe, pero que en su gobierno creo un impuesto de guerra para afrontarla. Hoy no sé cómo nos miran desde afuera del país, tal vez como unos tontos o esquizofrénicos que no entienden que para seguir creciendo como país hay que cerrar heridas aunque por dentro sigan doliendo. 
Hoy el SI ganó en Bojayá, Apartadó, Charán, Barbacoas, Buenaventura, La Macarena y Toribio, regiones golpeadas por el accionar de las FARC.
Quedará escrito en la historia que los del NO le quitaron la oportunidad a las victimas del conflicto armado de vivir en paz. 
Sería bueno que esos mismos que hoy tomaron la decisión de decirle no a cerrar este amargo libro, sean los primeros en enviar a sus hijos a combatir a los guerrilleros en el monte. Colocarlos como carne de cañón viviendo en zonas olvidadas por el estado, esas mismas que hoy dijeron que querían su paz, no la de nosotros que discutimos por Internet, sino la del niño que debe ir con un casco al colegio en el Cauca porque una bala lo puede matar en cualquier momento. O la de los muchachos que salían a coger café engañados y que terminaban uniformados como guerrilleros víctimas de la política asesina del gobierno anterior.
Hoy aunque digan muchos que no, se han fortalecido dos personas que sueñan con ser ellas las que acaben esta guerra, el senador Uribe y su amigo Ordóñez. En se juego cayeron muchos que tal vez no se consideran uribistas, pero yo me pregunto qué es un uribista? Creo que es aquella persona que tiene mano firme y corazón grande.
Colombia la horrible noche no cesa, porque tú pueblo no puede superar que la esperanza debe vencer al odio, pero a los colombianos nos puede más el odio que la esperanza.


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