Cuando Gustavo Petro era candidato a la presidencia y en medio del
debate de no engendrar un nuevo monstruo como Chávez para Colombia, Gustavo
siempre negaba la idea de convocar una asamblea constituyente, llegó Petro a
firmar en piedra que no lo haría ya que sería catalogado como un dictador de
izquierda, sin embargo, como la política es tan dinámica y en vista de que a
Petro el congreso no le copia sus ideas revolucionarias que buscan un cambio
total en el país, este se ha decantado por la propuesta de convocar la llamada
constituyente, una puerta que abre todo a una dimensión desconocida y que en
medio de la polarización que vive Colombia, lo único seguro que podemos
esperar es que no va salir bien.
Algo llevan de parecido personajes como Trump, Petro, Uribe y uno que otro que tiene ínfulas tan grandes como los robos que ha hecho en una ciudad y un departamento. Algo llevan en su ADN y en su forma de gobernar, se van de frente contra las instituciones a las que no respetan cuando no le son favorables, las tildan de opositoras e inclusive llaman al pueblo a la insurrección utilizando palabras que buscan disfrazar el despropósito que conlleva.
Los que seguimos de cerca los procesos políticos de nuestro país, no
olvidamos cuando el entonces senador y su corte de amigos se oponían a un
procesos constituyente en gobiernos de Uribe, decían que serian iguales a Chávez.
Pero para Petro, lo mas importante es ver como logra su cometido, saciar sus
ansias de poder, su egocentrismo es tal que es capaz de atrincherarse con
personajes como Roye Barrera, Armando Benedetti (Quien cayó en desgracia
gracias a la ganadora del pleito, la famosa Laura Sarabia), Laura Sarabia que algún
secreto debe tenerle a Gustavo para acumular tanto poder en un gobierno malo
para ejecutar y que ya suma en sus anaqueles procesos como el de Nicolás Petro y
el de Olmedo, el ex decente de Petro.
Para todos los desprevenidos que hoy se colocan del lado de Petro buscando el prometido cambio, les puedo decir que así empezó la debacle en Venezuela, y que la oposición del congreso a las reformas que Petro propone, no son la excusa para el llamado a cambiar la constitución del 91.
Petro no se cansa de mentirle al país, aparte de ser un pésimo gobernante, mal ejecutor, es un mitómano empedernido. Siempre en elecciones negando lo que a todas luces el país temía y hoy en el poder lo ve como su opción para cambiar el país, cambiar las reglas y quizás seguir en el poder, porque como ya le hemos escuchado en muchos discursos, necesitan seguir en el poder para lograr los cambios profundos, recordando en sus propias palabras que 200 años de continuismo no se cambian en 4 años del mal llamado progresismo. Nos gobierna un mitómano, al que ya nada le podemos creer, ni siquiera cuando hoy dice que la Constituyente que convocaría no se trata de reelegirse indefinidamente. Recordemos todos, que en este país como en otros, la decencia política no existe y que los partidos políticos que estarían involucrados en el proceso son los primeros interesados en tener a Uribe en una posible contienda y otros tantos al mismo Petro. Ahí si como dijesen vulgarmente se fue el país de culo pal estanco.
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