Pero no es de ese tema que quiero hablar hoy, eso es una anécdota que nos dejamos como país, en el cual nos matan los miedos, miedos generados en su mayoría por grandes frases y pequeñas acciones, pero que bastan para paralizar ciudades capitales como Santa Marta, Montería, paralizar regiones como las del Uraba y detener el transporte intermunicipal de muchas otras regiones.
Basta un audio difundido en un mensaje para generar pánico y terror en el Colombiano, basta un panfleto o un anuncio al que se le hace eco en un diario local para que las tiendas no abran, los buses no salgan a las calles, las universidades no impartan clases y sobre todo para que la gente se atrinchere en sus hogares temerosa de las acciones que impone el terrorismo criollo, impartido por los desmovilizados del proceso Uribe con los paramilitares.
Por esto, me pregunto... Este problemita de los clanes usuga, los urabeños y demás grupos armados que imponen la ley del hampa en la calle y que surgen y siguen a lo largo de los años ante la mirada dudosa de un gobierno que no sabe que hacer y que le cae otro problema mas en el peor momento de su gestión, donde el presidente tiene indices de impopularidad tan bajos que nunca se había visto algo igual en el país de la felicidad; Es nuevo?
Ahora a seguir marchando dirán esos mismos que renegaban y trataban de terroristas a quienes marchaban hace 8 años. Porque así somos, somos tan así que el pánico nos acaba con un mensaje de terror, tal vez porque entendemos que el estado no hará mucho.
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